España goza de buena salud laboral. La ocupación está en máximos y la tasa de paro, aunque aún es la mayor de la Unión Europea, notifica su mejor dato desde 2008. El momento macro es dulce en términos históricos, pero ello no impide que muchos empleados vivan episodios amargos. En 2023 hubo más de 600.000 despidos en España, según el Ministerio de Trabajo, la cifra más alta desde que hay registros. Y recibieron una indemnización media de unos 7.500 euros, la menor de la serie histórica.
Estos datos toman especial relevancia por lo agitado que está el debate sobre la indemnización por despido, dadas las resoluciones del Consejo de Europa ante las reclamaciones de UGT y de CC OO: dicen que España no cumple la Carta Social Europea y recomienda que cambie su normativa, un sistema tasado con un máximo de 33 días por año trabajado y 24 mensualidades. En las relaciones largas esto resulta en indemnizaciones cuantiosas, pero reduce muchísimo la compensación en las cortas.
Ante esta situación, con los pronunciamientos de Estrasburgo en la mesa, conviene precisar cómo, cuánto y a quién se despide en España.
Más despidos desde la reforma laboral
Los despidos se han disparado en España desde la reforma laboral, acordada a finales de 2021. Sus efectos fueron palpables en 2022 y aún más en el último dato disponible, el de 2023. Ese año se produjeron 606.625 despidos en España, muy por encima de los 528.413 de 2022 y a una distancia sideral de los 474.936 de 2019, el último año previo a la pandemia. Se puede argumentar que el aumento en la ocupación pudo influir en el acelerón de este registro, pero no hay color: el número de despidos creció un 27,7% de 2019 a 2023 y el de afiliados al régimen general [sin contar los autónomos] un 9,8%.
Entonces, en un país que crea tanto empleo y cuya economía crece con fuerza en los últimos años, ¿a qué se debe el aumento en los despidos? Los expertos a los que viene consultando este periódico tienen claro el motivo: la propia reforma laboral.
José Antonio González Espada, abogado laboralista del Colectivo Ronda, recuerda que este nuevo marco de juego de relaciones laborales limita la contratación temporal, las empresas deben justificar mucho mejor que un contrato sea finito. Antes el contrato de obra y servicio, ahora eliminado, escondía relaciones que en realidad no eran temporales. Gracias a esta figura, a la altísima temporalidad española (que rondaba el 25% antes de la reforma laboral, ahora está en un 12% y sobre todo por el sector público), las empresas ajustaban plantillas esperando a la finalización de esos contratos temporales. Tenían una menor necesidad de despedir. Ahora, precisa González Espadas, esos ajustes se dan con más frecuencia mediante despidos.
“Cuando se quiere dejar de contar con alguien, especialmente de poca antigüedad, ya no se opta por el truco del final de contrato temporal, se hace un despido por causas objetivas (indemnización de 20 días por año trabajado) o disciplinario (sin indemnización). Por vía judicial muchas veces se considera improcedente y se pagan los 33 días”, explica el abogado del Colectivo Ronda.
Menor cantidad indemnizada
El aumento en el número de despidos, agrega González Espadas, conecta con otro fenómeno: la caída de la cantidad media indemnizada. En 2023, con sueldo más altos que en años precedentes, la indemnización promedio fue de 7.446 euros, por debajo de 2022 (8.251) y del récord que se alcanzó en 2021 (11.147). Los especialistas creen que el recurso al despido para poner fin a relaciones laborales que antes se extinguían con el final de un contrato estaría conduciendo a la mencionada contracción. Muchas de esas relaciones cortas, dado el sistema español tasado en días, se traducen en indemnizaciones escasas. “Se despide a más gente con poca antigüedad, personas a las que antes se extinguía con finalizaciones de contrato. Si se despide más rápido es normal que la cantidad indemnizada disminuya”, precisa el abogado del Colectivo Ronda.
Esto se aprecia al observar la desagregación por tipo de contrato del empleado cesado. La indemnización promedio del trabajador indefinido a tiempo completo ha caído de 19.380 euros en 2015 (primer dato disponible) a 9.768 en 2023. En este bajón también influye la reforma del despido que aprobó el Gobierno de Rajoy en 2012 (recortó 12 días respecto a los 45 vigentes hasta entonces), pero se aprecia una profundización de la caída desde la reforma laboral. En el resto de indefinidos (a tiempo parcial y fijos discontinuos) también se da una contracción importante, mientras que la cantidad media indemnizada apenas varía entre los temporales.
Más hombres y más jóvenes despedidos
Una comparación entre el perfil de los empleados despedidos y el de los asalariados en general ayuda a conocer qué perfiles sufren más ceses de los que les correspondería por pura demografía laboral. Por sexo, los hombres padecen más despidos que las mujeres: ellos eran el 51,1% de los afiliados a la Seguridad Social en el régimen general en diciembre de 2023, mientras que ese año protagonizaron el 58,4% de los despidos. Por contra, las mujeres eran el 48,9% y sufrieron el 41,5% de los ceses.
A la vez, hay más despidos entre los extranjeros que entre los españoles, en términos proporcionales. Los foráneos son el 11,2% del régimen general y, sin embargo, por ellos se explicó el 19,4% de los ceses de 2023.
La desagregación por edad indica que los sobrerrepresentados en los despidos son los jóvenes: los de 20 a 24 años son el 6,4% de los asalariados y el 8,2% de los despedidos, mientras que los de 45 a 54 años son el 28,4% de los empleados y 23,2% de los cesados, cinco puntos menos.
Mayores indemnizaciones de hombres, veteranos y españoles
El mismo nivel de detalle permite conocer qué indemnización media obtiene cada colectivo poblacional. Los hombres, que en promedio ganan más que las mujeres y gozan de carreras profesionales más estables, recibieron en 2023 una indemnización media de 8.027 euros, frente a los 6.643 de las mujeres. La diferencia es mucho mayor en la desagregación por nacionalidad: los empleados españoles obtuvieron una indemnización media de 7.633 euros, ante los 2.895 euros de los asalariados extranjeros. También hay diferencias profundas por edad. Entre los despedidos de 20 a 24 (que normalmente llevan menos tiempo en sus empresas) la compensación media fue de 886 euros, frente a los 16.784 de los mayores de 55.
¿Cuánto tiempo llevan en la empresa?
El impacto de la reforma laboral en cuánto y cómo se despide en España también se aprecia en la antigüedad de los cesados. En el último dato disponible, de 2023, los despedidos que llevaban seis meses o menos en la empresa eran el 35% del total, frente al 30% que representaban en 2019, antes de la reforma laboral. A la vez, los cesados con dos años de antigüedad o más eran el 30% en 2023 y, antes del cambio del marco de normas laborales, el 39%. Y, como es lógico en un sistema tasado como el español, las indemnizaciones son mayores en los que más antigüedad tienen: la media es de 17.119 euros para los que llevan dos años o más en la empresa y de 1.077 para los que llevan entre uno y tres meses.
Más caro que en otros países
El principal argumentos de las patronales en las discusiones sobre la indemnización por despido improcedente es recordar que los 33 días con los que se compensa en España están muy por encima de la tasación de otros países. Según los últimos datos del Banco Mundial, España indemniza en promedio las rescisiones de trabajadores con diez años de antigüedad con unas 28,6 semanas de salario, frente a las 10,8 de Francia, las 17,1 de Portugal o las 21,7 de Alemania.
Los sindicatos suelen contestar a este argumento indicando que el análisis debe tomar en cuenta otros factores clave como cuánto protege, el tiempo de preaviso o si hay salarios de tramitación. Y que ahí España destaca menos. Una estadística a la que habitualmente aluden que contempla esas variables es la de la rigidez en la protección del empleo que difunde la OCDE. En esa clasificación, de 2019, España (2,43 puntos) está por debajo de República Checa (el dato más alto, 3,03), Portugal (2,87) o Francia (2,68), pero por encima de Alemania (2,33) o el Reino Unido (1,9). También está ligeramente por encima del promedio del club de países desarrollados (2,27).
Los sectores con más despidos
Hay sectores que registran muchos más despidos de los esperados si se toma en cuenta su peso en el mercado laboral. El caso más destacado es el de la construcción: a diciembre de 2023 concentraba al 6% de los empleados en el régimen general, pero a la vez notificó el 14,7% de los despidos de ese año. También se da una diferencia importante en hostelería, con el 8,3% de los asalariados y el 15,1% de los despidos. En el otro lado de la balanza están los sectores con mayor protagonismo del empleo público: son la educación (7,5% de afiliados al régimen general y 2,5% de despidos), la administración pública (7% de empleados y 0,6% de los ceses) y actividades sanitarias (11,4% de los asalariados y 3,8% de los despidos).
La indemnización promedio de cada sector, por lo general, tiene una relación coherente con los salarios y la estabilidad de los contratos en esa actividad. De ahí que las mayores compensaciones se den en actividades financieras (26.419 euros), industrias extractivas (16.366) y suministro de energía (14.960), lejísimos de las indemnizaciones que se otorgan en la construcción (2.780), el campo (2.454) y la hostelería (2.381).
Más despidos en las empresas pequeñas
La estadística del Ministerio de Trabajo permite profundizar en otras características de los despidos en España y sus correspondientes indemnizaciones.
- Hay muchos más despidos en las empresas pequeñas que en las grandes. Las compañías de 250 trabajadores o más empleaban en 2023 al 42,3% de la fuerza laboral española, pero en ellas solo se dieron el 17,2% de los despidos. Por contra, las de menos de diez trabajadores ocupaban en 2023 al 19,6% de la plantilla nacional, pero concentraron el 41,6% de los despidos de ese año. Por su parte, las compañías de 10 a 49 empleados contaban con el 21,1% de los asalariados y, sin embargo, en ellas se dieron el 25,8% de los despidos; mientras que las de 50 a 249 emplearon al 17% de las plantillas y solo el 15,4% de los despidos.
- De los 606.625 despidos de 2023, el 61% se justificó por causas objetivas de la empresa. El segundo tipo más frecuente es el disciplinario individual, con un 28%. Ambas modalidades crecieron respecto al año anterior (63.608 más por causas objetivas, hasta 368.862; 17.625 más por disciplinario individual, hasta 167.488) al contrario que los despidos colectivos. Fueron 38.834, 6.113 menos que en 2022, de manera que el 6% de los despidos de 2023 fueron de este tipo.
- La desagregación por sexo y nacionalidad pone a las mujeres migrantes en la peor posición: la indemnización media que reciben es de 2.795 euros, menos que los empleados extranjeros (2.953), que las trabajadoras españolas (6.753) y que los asalariados españoles (8.304).
¿Qué dice Estrasburgo?
El Consejo de Europa insiste: España no cumple la Carta Social Europea en las indemnizaciones por despido improcedente. A esa conclusión llegó el Comité Europeo de Derechos Sociales el año pasado, ante una reclamación de UGT, y ha vuelto a hacerlo ahora ante la de CC OO. El núcleo del dictamen, según fuentes conocedoras del mismo, subraya que la indemnización tasada en días de España incumple el mencionado tratado, que España ratificó en 2021. En concreto viola la sección b) del artículo 24 de la Carta Social Europea, que establece el “derecho de los trabajadores despedidos sin razón válida a una indemnización adecuada o a otra reparación apropiada”. El máximo de 33 días por año trabajado y 24 mensualidades, sobre todo en relaciones laborales cortas, puede conducir a indemnizaciones ínfimas.
El Ministerio de Trabajo ha vuelto a repetir que pretende reformar esta normativa, siguiendo las recomendaciones de Estrasburgo, una modificación que apoyan los sindicatos y de la que no quieren saber nada ni el Ministerio de Economía ni las patronales. PSOE y Sumar se comprometieron en su programa de Gobierno a abordar una reforma en los siguiente términos: “Establecer garantías para las personas trabajadoras frente al despido, dando cumplimiento a la Carta Social Europea”.