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Clara Carulla, directora de la Escuela Judicial: «Es esencial que sean empáticos para revertir prejuicios»

Profesora, jefa de estudios y ahora directora en funciones de la Escuela Judicial. La magistrada Clara Carulla lleva diez años compaginando su labor en los juzgados con la formación en las aulas. «Son muy exigentes», avisa sobre la nueva generación de jueces y juezas que hoy reciben en la capital catalana los despachos de manos del Rey Felipe VI.

¿Cómo son los 137 nuevos jueces y juezas de España?
Es una promoción que refleja bastante bien la sociedad a la que va a servir. Muy plural y diversa. La mayoría son mujeres, una tendencia que vemos en la escuela desde hace años.
¿Qué es lo que más les cuesta cuando llegan a la escuela?
A nivel académico, llegan extremadamente preparados en lo que se refiere al contenido del ordenamiento jurídico. Han estado una media de casi cinco años preparándose el examen. Les faltan las habilidades, las aptitudes, aprender el oficio. Les cuesta tomar decisiones en base a criterios que no vienen determinados por normas. Es en lo que trabajamos más.
La sociedad puede tener una imagen de los jueces que no se corresponde con estos perfiles.
Lo que nos preocupa muchoes cómo se va a sentir tratada la ciudadanía cuando tenga que verse inmersa en un proceso judicial. Es esencial que los jueces sean empáticos, que tengan una escucha activa y atenta. Lo mejor para revertir estos prejuicios y tópicos son los hechos.
¿Cómo ven que jueces y fiscales estén día tras día en el foco de la polémica y en los medios?
Desde la escuela intentamos darles todas las herramientas necesarias para que puedan resolver de manera razonada y fundamentada. Su foco principal debe ser intentar estar lo mejor preparados para dar un servicio de justicia de excelencia que se centre en su labor, que no es otra que servir e impartir justicia.
¿Cómo valora a nivel personal su paso por la Escuela Judicial? ¿Su experiencia con los más jóvenes?
Haber podido estar en la escuela ha sido sumamente enriquecedor. Se aprende muchísimo, es un público muy exigente y muy bien preparado. entré en la escuela como profesora, fui jefa de estudios y ahora soy directora en funciones. Adquieres una visión mucho más profunda de los temas. Es gente muy joven, te dan una visión más fresca y te ayudan a plantearte cuestiones que la rutina del día a día hace que no te plantees. Te permite conocer otra realidad.