Normalidad y transparencia, dentro de lo posible. El palacio de Buckingham es muy consciente del torbellino de rumores y teorías conspiratorias que genera la oscuridad en torno a la salud del rey o de cualquier miembro de la familia real británica. Carlos III se ha dejado ver a la luz pública en la mañana de este viernes, a bordo del vehículo oficial y con la ventanilla medio bajada. Su aspecto era bueno. El monarca se trasladaba desde su residencia londinense de Clarence House a la casa de campo de Highgrove, en el condado de Gloucestershire, donde suele pasar muchos fines de semana.
Horas antes —a última hora del jueves—, el equipo de comunicación de Palacio había hecho saltar todas las alarmas de las redacciones al comunicar que Carlos III había sido hospitalizado brevemente ese mismo día, para someterse a observación, después de sufrir efectos adversos derivados del tratamiento contra el cáncer al que sigue sometido.
“Durante una sesión programada de su tratamiento médico esta mañana [por este jueves], el rey ha experimentado efectos secundarios temporales que han requerido un breve periodo de observación en el hospital. La agenda de su majestad de esta tarde ha sido pospuesta”, informó el palacio de Buckingham. Poco después, el equipo de comunicación señaló que la visita del rey a Birmingham, prevista para este viernes, quedaba también cancelada.
El monarca ingresó en la London Clinic, donde en enero del año pasado fue intervenido por una próstata agrandada; en principio se preveía un diagnóstico benigno. Un mes más tarde, los médicos de ese mismo centro señalaron que habían detectado “un tipo de cáncer” (nunca especificado), y Carlos III comenzó a someterse a quimioterapia.
El palacio de Buckingham quiso facilitar en todo momento información sobre la situación del rey, pero sin aportar datos concretos sobre el tratamiento que había recibido ni sobre los efectos adversos precisos que habría sufrido.
Carlos III tenía previsto durante la tarde de jueves recibir credenciales de tres embajadores, pero este acto protocolario fue cancelado. De momento, Buckingham no ha considerado necesario que se cancelen otras citas del monarca, incluido el viaje que tiene previsto realizar a Italia dentro de 10 días, aunque siempre a expensas de la evolución que presente en las próximas fechas.
La reina Camila no acudió a visitarlo al centro médico, porque el tratamiento fue rápido y también tenía una agenda prevista. Se encontraba en Wembley, participando en el 70º aniversario de la cadena de televisión ITV.
Carlos III fue diagnosticado de cáncer en febrero de 2024. El tumor fue descubierto durante el tratamiento de su hipertrofia de próstata. El diagnóstico inicial fue una sorpresa, ya que fue conocido cuando apenas llevaba 18 meses de reinado. Conocido por ser un adicto al trabajo, que a menudo desempeñaba sus funciones hasta tarde en sus documentos oficiales, Camila y otros familiares señalaron que necesitaba que lo animaran a bajar el ritmo. Una fuente real afirmó entonces que el equipo médico del rey participó activamente en las conversaciones sobre su agenda, señalando que las reacciones al tratamiento podrían ser impredecibles.