La Comisión Europea ha presentado este martes ProtectEU (Proteger la UE), una nueva estrategia de seguridad interna para aumentar la concienciación y respuesta tanto ciudadana como institucional de la Unión ante “nuevas y tradicionales amenazas” a la seguridad interior, desde actos terroristas o el crimen organizado al creciente cibercrimen o ataques a infraestructuras esenciales.
La iniciativa, que entre otros busca reforzar el mandato de Europol y de Frontex, complementa la hoja de ruta para aumentar la seguridad y defensa europeas establecida en el libro blanco de defensa, así como la estrategia para mejorar la preparación ciudadana e institucional ante amenazas geopolíticas o climáticas presentada la semana pasada. Con esta tercera pata, Bruselas quiere crear un ”marco integral” para una UE “segura, protegida y resistente”.
En la misma línea de parapetar a una Europa cada vez más sola —ante las amenazas de Estados Unidos de Donald Trump de reducir su histórico paraguas protector—, Bruselas también ha propuesto este martes una “revisión” del uso de los fondos de cohesión para utilizarlos de forma más intensiva en “prioridades estratégicas”. La mirada está puesta especialmente en materia de defensa e infraestructuras que faciliten la movilidad militar, pero la reforma, que es voluntaria, busca también impulsar la vivienda asequible, la resiliencia hídrica o la descarbonización.
“La seguridad es uno de los requisitos previos clave para sociedades abiertas y vibrantes y una economía floreciente”, ha subrayado la presidenta del Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen, tras el lanzamiento de las nuevas propuestas.
La estrategia Proteger la UE busca “impulsar un cambio de mentalidad en materia de seguridad interior”, con un enfoque que, una vez más, involucre no solo a las instituciones y gobiernos, sino a toda la sociedad, empresas, investigadores y sociedad civil. Porque hay que ver las amenazas que afronta el Viejo Continente de una manera holística: hace menos de dos semanas, Europol advertía en su informe anual de que el crimen organizado se está convirtiendo en una herramienta cada vez más utilizada por los Estados interesados en desestabilizar a otros países o regiones.
“Ante un panorama de amenazas en rápida evolución, la seguridad es la tarea de nuestra era”, ha subrayado el comisario de Interior, Magnus Brunner. “Esto requiere un cambio de mentalidad y la estrategia ProtectEU ayudará a impulsar una nueva cultura de seguridad europea, equipándonos con mejores medios para anticipar, prevenir y responder a las amenazas a nuestra seguridad interna”, ha agregado.
Entre otros, Bruselas propone un “nuevo” mandato para Europol para que se convierta en una agencia policial “realmente operacional” en investigaciones transfronterizas a gran escala. La Comisión también pide más poderes para otras agencias como Frontex, Eurojust o la Agencia Europea para Ciberseguridad (Enisa). La estrategia también incide en la importancia de mejorar el intercambio de información para investigaciones tanto entre Estados miembros como entre agencias y organismos europeos.
De igual manera, quiere reforzar la lucha contra el terrorismo con una “nueva agenda para prevenir y contrarrestar el terrorismo y el extremismo violento”, proporcionar nuevas herramientas también para prevenir la radicalización o estudiar cómo mejorar la trazabilidad de la financiación terrorista. En vista del cada vez mayor protagonismo del cibercrimen, Bruselas propondrá asimismo medidas para garantizar servicios como la nube y “desarrollar la soberanía tecnológica”, reducir la dependencia de proveedores únicos o facilitar el acceso a datos encriptados en investigaciones criminales. Y como las amenazas internas provienen a menudo —como es en el caso del crimen organizado y el narcotráfico— de otras regiones, busca robustecer las alianzas con “regiones clave” como la del Mediterráneo o América Latina.