La recogida de residuos de baterías de vehículos eléctricos alcanza el 95,6%. Sin embargo, el reciclaje presenta una notable variabilidad en función del material, y faltan plantas de tratamiento, lo que obliga a exportar.
China se asegura cada vez más el suministro de minerales críticos en África y Latinoamérica; Estados Unidos ambiciona Groenlandia –y aspira a ser compensado en Ucrania por su ayuda-, entre otras razones, por sus tierras raras… Europa, y España con ella, no deberían dejar de dar esta batalla esencial para el futuro de las economías y la descarbonización del planeta. Porque ese tipo de materiales (cobalto, cobre, litio…) son esenciales para las placas solares, las baterías del vehículo eléctrico (VE) y múltiples aplicaciones.
Al menos, tenemos que asegurarnos de no desperdiciar ni una micra recuperable y reciclable de los que ya estamos utilizando, y un ejemplo que aumentará en progresión geométrica son las baterías de automoción (ver gráfico). «La fabricación de baterías para vehículos eléctricos (VE) es altamente demandante de materias primas críticas, lo que hace fundamental optimizar su reciclaje para garantizar un suministro estable y sostenible», asegura José Pérez, presidente de Ecopilas, que se dedica dentro de Recyclia a la recogida y reciclaje de pilas y baterías.
Expansión del parque
En torno a 40.000 baterías de VE estarían disponibles para ser tratadas en plantas de reciclaje en 2030, según el IV Informe Anual Recyclia Tendencias en la industria del reciclaje de RAEE y pilas en España. Este flujo se acentuará como consecuencia de la expansión del parque de vehículos eléctricos; el objetivo es alcanzar los 5,5 millones, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec).
«Actualmente, la falta de plantas de tratamiento en España nos obliga a exportar estos residuos, encareciendo su proceso de reciclaje y dificultando la logística», dice Pérez. La solución sería contar con infraestructura propia, como contempla el Perte para el desarrollo del Vehículo Eléctrico y Conectado, lo que permitiría gestionar estos residuos de forma más eficiente y reducir costes, además de crear empleo de calidad.
En España contamos con importantes recursos minerales estratégicos. Sin embargo, no se producen tierras raras en cantidad suficiente para abastecer la demanda de la industria, por lo que dependemos en buena medida de las importaciones. Con datos del Instituto Español de Estudios Estratégicos y la Comisión Europea, las tierras raras, utilizadas en la fabricación de baterías de iones de litio para VE, imanes de alta potencia para motores eléctricos, pantallas de visualización, lámparas fluorescentes, sistemas de audio y vídeo y otros equipos de alta tecnología, estarían en «riesgo muy alto«.
La tasa de recogida de residuos de baterías de VE fue del 95,6% en el mercado español en 2023, según Recyclia. Sin embargo, las de reciclaje presentan una notable variabilidad en función del material: aluminio (76%), cobre, cobalto y níquel (77,5%); manganeso y litio no superan el 27% y el 24%, respectivamente.
Cuando la capacidad de la batería disminuye hasta el 70%-80%, ya no es apta para su uso en vehículos eléctricos, pero puede destinarse a otras aplicaciones, especialmente en el ámbito del almacenamiento energético. Esta segunda vida puede reducir considerablemente el impacto medioambiental a corto y medio plazo de la fase final de vida útil, además de ofrecer sinergias con las instalaciones de energías renovables.
Nuevos usos
Electrolineras y paneles solares para autoconsumo son dos de los destinos con mayor potencial para dar una segunda vida a las baterías. La durabilidad de estas en aplicaciones estacionarias puede rondar los 30 años en electrolineras, 15 en paneles solares y 20 en actividades de apoyo a la red eléctrica.
«El reciclaje es indispensable para la seguridad y la sostenibilidad del suministro de minerales críticos para la transición a la energía limpia […] crea una valiosa fuente de suministro secundario que reduce la dependencia de nuevas minas y mejora la seguridad del suministro para los países importadores de minerales», asegura la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe Recycling of Critical Minerals.
España cuenta con una legislación específica sobre recogida de estos residuos y su traslado a las plantas de tratamiento y reciclaje, que deben realizar preferentemente los productores a través de sistemas de responsabilidad ampliada (Scrap) o mediante los servicios de empresas de gestión. Ahora falta, como dice José Pérez, «que los procesos de reciclaje sean flexibles y adaptativos, reforzando la necesidad de una infraestructura avanzada que pueda responder a estas demandas».
Mapfre, a por la segunda vida
Cesvimap, el Centro I+D de Mapfre ha desarrollado una batería de segunda vida a partir de los módulos de las baterías usadas de vehículos eléctricos. Esto ayuda a reducir hasta un 70% las emisiones de CO2. Se trata del centro de desmantelamiento más avanzado de Europa. Los vehículos se descontaminan, se desmontan cuidadosamente, y las piezas de los automóviles reciben una segunda vida. En 2024, Cesvimap fue galardonada como Mejor iniciativa para aumentar la eficiencia de la economía circular en los premios ‘EXPANSIÓN transformación hacia una economía sostenible‘.