Está previsto que más de 1,5 millones de personas participen en el ‘haj’, uno de los cinco pilares del islam
MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) –
Arabia Saudí acogerá desde este miércoles el inicio de la peregrinación anual a la ciudad de La Meca, uno de los cinco pilares del islam, que moviliza cada año a millones de personas con el objetivo de completar estos rituales, unos actos que este año tendrán lugar en medio de un refuerzo de la seguridad y las medidas frente a las altas temperaturas.
El ‘haj’ tiene lugar anualmente entre el 8 y el 12 del Dhu Hijah, el duodécimo y último mes del año islámico –conocido también como el mes de la peregrinación–. Debido a que el islam cuenta con un calendario lunar, las fechas específicas varías cada año en el calendario gregoriano, quedando fijadas en 2025 para los días entre el 4 y el 8 de junio.
Así, la peregrinación dura entre cinco y seis días y ha de ser llevada a cabo por musulmanes adultos que no se encuentren enfermas o débiles –y no tengan por ello capacidad de realizar el viaje– o que no cuenten con los recursos financieros necesarios para sufragar los costes de este desplazamiento.
Las autoridades saudíes confirmaron a finales de mayo que la peregrinación de este año arrancaría el 8 de junio, un anuncio realizado por el Tribunal Supremo del país después de que los observatorios astronómicos confirmaran la observación de la luna creciente, usada para fijar estos cálculos.
Ya entonces, el ministro de Peregrinación, Taufiq al Rabiá, indicó que más de un millón de peregrinos se habían desplazado al país para participar en el ‘haj’, una cifra que ha continuado aumentando desde entonces, en el marco de los preparativos para acoger estos actos, que estarán marcados un año más por las elevadas temperaturas.
Así, los que realicen esta peregrinación –que debería realizarse al menos una vez en la vida y que supone uno de los cinco pilares del islam, junto a la profesión de fe, la oración, la entrega de limosna y el ayuno–, participarán en cuatro días de ceremonias, entre las que destacan los rezos del segundo día en el monte Arafat, desde donde Mahoma dio su último sermón.
El ‘haj’ deriva del viaje que realizó Mahoma junto a cientos de sus seguidores en el año 628 tras un sueño revelador sobre esta peregrinación, en la que muchos de los que se embarcan realizan también una visita a la ciudad de Medina –una desplazamiento que no es parte oficial de la ruta–, donde se encuentra la tumba del profeta y segundo lugar más sagrado para el islam.
Las personas que realizan la peregrinación han de establecer primero su intención a nivel interno de cara a establecer que sólo se realiza como un viaje para honrar a Dios, y no con fines mundanos, motivo también por el que todos deben vestir con simpleza y evitar las relaciones sexuales, usar perfumes, fumar, decir palabras malsonantes o cortarse el pelo o las uñas.
LA TRADICIÓN ISLÁMICA
La tradición islámica mantiene que la Kaaba, una estructura cúbica situada en la Gran Mezquita de La Meca –y lugar más sagrado para los musulmanes– que acoge muchos de los rituales del ‘haj’, fue construida por el profeta Abraham y su hijo Ismael siguiendo las órdenes de Dios, lo que fue fijado como el origen para la peregrinación.
Durante la primera fase del ‘haj’, los peregrinos llegan a La Meca, donde establecen sus intenciones para realizar la peregrinación, tras lo que el primer día realizan el ‘tauaf’, uno de los principales ritos, en los que caminan el círculos alrededor de la Kaaba en sentido contrario a las agujas del reloj.
Tras ello, los peregrinos realizan el ‘sai’, en el que los peregrinos caminan o corren entre las dos colinas de Safa y Marua –un ritual que será completado una vez que se realizan siete vueltas entre ambas–, después de lo cual se desplazan a Mina para pasar la noche.
Durante el segundo día, los peregrinos parten de Mina para pasar el día rezando en el monte Arafat. Tras ello pasan la noche al raso en Muzdalifá, de cara a celebrar el tercer día el Eid al Adha –la Fiesta del Sacrificio–, que es la más importante en el calendario islámico.
Entre los días cuarto y sexo, los peregrinos viajan de nuevo a la Kaaba para el ‘tauaf’ y el ‘sai’, mientras que posteriormente acuden a Mina para el apedreamiento simbólico del demonio en Jamarat, donde generalmente concluye la peregrinación, si bien algunos de los participantes van posteriormente a Medina.
Los musulmanes marcan el fin del ‘haj’ con el Eid al Adha, que dura tres días en muchos países del mundo y que implica el sacrificio ritual de animales, conocido como ‘qurbani’. Aquellos que pueden permitirse hacerlo, sacrifican cabras, ovejas, vacas o camellos, tras lo que la carne es dividida en paquetes para la familia directa, otro para la familiares y amigos y otra para aquellos en situación de necesidad.
ADVERTENCIAS DE LAS AUTORIDADES
Este año, el Ministerio de Peregrinación saudí ha emitido advertencias contra aquellos que recurren a agencias de viajes no autorizadas para realizar el ‘haj’, recalcando que aquellos que ayuden o acojan a personas con visados irregulares podrían hacer frente a multas de 100.000 riales (cerca de 23.360 euros).
De hecho, el director de Seguridad Pública, Mohamed al Basami, anunció el 1 de junio la expulsión de más de 205.000 personas de Le Meca y la negativa de acceso a cerca de 270.000 por no contar con los permisos oficiales para llevar a cabo la peregrinación, operaciones que se han saldado con más de 1.200 detenidos y multas contra otras 75.000.
Por su parte, la Comisión Real de la ciudad de La Meca ha afirmado que durante los últimos meses ha acometido una serie de proyectos de infraestructura y desarrollo urbano en los alrededores de la Gran Mezquita para facilitar el flujo de peatones, con la expansión de aceras en más de 235.000 metros cuadrados.
Estas obras incluyen 30.000 metros cuadrados de zonas destinadas a proteger a los fieles del intenso calor –tras la muerte el año pasado de más de 1.300 personas por las altas temperaturas, que llegaron a superar los 50 grados centígrados–, así como la expansión de las zonas destinadas al rezo, que podrán acoger a más de 60.000 personas, según ha recogido el diario ‘Saudi Gazette’.
En este contexto, el Centro Nacional de Meteorología (NCM) ha reforzado también sus operaciones para la emisión de alertas por altas temperaturas, incluida la instalación de 16 estaciones automáticas en La Meca y otros lugares sagrados, con otras dos que contarán con personal físico en Mina y el monte Arafat.
Asimismo, la Presidencia General de Asuntos de la Gran Mezquita y la Mezquita del Profeta ha puesto en marcha un sistema de refrigeración destinado a rebajar las temperaturas en el interior del complejo, que quedará entre los 22 y los 24 grados centígrados, según las estimaciones publicadas durante los últimos días.
Las autoridades realizaron además el domingo un desfile a gran escala y maniobras militares en La Meca como parte de los preparativos para el ‘haj’, unos ejercicios en los que participaron miles de soldados, helicópteros y miembros de unidades de élite, de cara a confirmar todo lo relativo a la seguridad durante estos días.
Al Basemi recalcó tras ello que «la seguridad durante el ‘haj’ es una línea roja». «Nuestras fuerzas están totalmente preparadas y dispuestas para hacer frente con la mayor determinación y firmeza a cualquier cosa que pueda alterar la paz de los huéspedes de Dios». «Estamos comprometidos a garantizar que los peregrinos llevan a cabo sus rituales con calma y confort», zanjó.
Arabia Saudí desplegará a un total de 40.000 miembros de las fuerzas de seguridad para cumplir labores de control de masas, gestión del tráfico, vigilancia y respuesta, incluido el uso de sistemas de reconocimiento facial, drones y otras plataformas para detectar y responder a cualquier incidente, según las autoridades.