Esther Gómez I
Málaga, (EFE).- La diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada inaugura en Málaga una exposición sobre sus 40 años de diseño y creatividad, una trayectoria caracterizada por su particular estilo, que deja a un lado las críticas: «Cuando eres Ágatha Ruiz de la Prada tienes que estar acostumbrada a que la gente no entienda tus trajes».
Aunque admite en una entrevista con EFE que a veces le da «un poco de pena», también resalta la otra cara de la moneda: «Es buenísimo, porque quiere decir, que a lo mejor, los trajes son muy buenos».
“Para una mujer, tener en su vida un traje de Ágatha Ruiz de la Prada es como tener un cuadro bueno”, señala la diseñadora, que lo ve como «una pequeña inversión” porque se revalorizan con los años.
Sus diseños no van dirigidos a un perfil concreto de mujer, porque «todo el mundo en España» ha tenido algo suyo, «un cuaderno, unos calcetines, un perfume… miles de cosas; y alguna señora importante, algún traje importante”, aunque le gustaría que hubiera más, aclara.
Ruiz de la Prada prefiere la sensación de que está «en todas las casas» a vestir «a la princesa de patatín», algo que, a su juicio, es más de «modista» que de diseñadora.
Un estilo «que no pasa de moda»
Para una mujer que se define «de planes, poco aventurera y loca de los museos», exponer en el Museo del Automóvil y la Moda en Málaga supone «todo un lujo», ya que en estos espacios se siente «como pez en el agua».
De hecho, a la hora de crear sus piezas, la diseñadora explica que se ha inspirado en el mundo del arte y especialmente en el arte contemporáneo.
La muestra, que estará en el museo durante tres meses, se compone de una veintena de vestidos que repasan su carrera.
Los modelos expuestos, entre los que se encuentra alguno que ella misma ha lucido en eventos culturales, son una muestra de su particular forma de concebir el estilo a la hora de vestirse: colorido, alegre, muy divertido y que “no se pasa de moda».
Estos diseños están elegidos “a huevo”, teniendo en cuenta que actualmente también tiene una exposición de más de un centenar de modelos en la ciudad argentina de Buenos Aires y que en apenas quince días expondrá también en la localidad malagueña de Benalmádena.
Historia de amor
La colección que la diseñadora muestra en Málaga es el resultado de “una historia de amor” -virtual- que surgió cuando conoció al fundador y propietario de la colección de vehículos que se expone en este centro cultural, Joao Magalhaes, aunque no se cerró hasta que coincidió con su viuda en la última Pasarela Larios de Málaga.
La diseñadora y el coleccionista se conocieron en Portugal “hace más de 25 años, cuando él no conocía ni Málaga” y ella trabaja con frecuencia cerca de la ciudad de Guimaraes, en el distrito portugués de Braga.
A las puertas de este centro cultural hizo un desfile y también recibió un premio de manos del alcalde, Francisco de la Torre, así que de algún modo, la diseñadora española se considera parte de la historia de un museo que -según comenta- visita con frecuencia.
Agatha Ruiz de la Prada, que también está inmersa en la presentación del libro sobre la historia de su vida, señala que esa parte “es muy divertida” y que ha sido como hacer “un plan”, algo para lo que siempre se muestra dispuesta. EFE