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Muere Bill Atkinson, el ingeniero visionario de Apple que hizo accesibles los ordenadores a millones de usuarios en el mundo

El ingeniero informático Bill Atkinson ha fallecido a los 74 años. Mente creativa y pionero del diseño en el desarrollo de los primeros ordenadores Mac de Apple, según notificó su propia familia en una publicación en Facebook, Atkinson murió como consecuencia de un cáncer de páncreas en su casa en Portola Valley (California, Estados Unidos) el pasado 5 de junio.

El director ejecutivo Apple, Tim Cook se refirió al deceso de quien trabajó en la compañía de Cupertino entre los años 70 y 80, apoyando el desarrollo de Macintosh, responsable directo de la creación de aplicaciones como el editor gráfico MacPaint —una de las primeras herramientas de dibujo digital— y el sistema HyperCard (1987), un innovador programa que combinó texto, imágenes y enlaces interactivos (considerado el antecesor del World Wide Web). “Fue un verdadero visionario, cuya creatividad, valentía y trabajo pionero nos inspirarán para siempre. Acompañamos en nuestros pensamientos a sus seres queridos”, escribió a través de su cuenta personal de X.

Antes de la introducción de Macintosh en 1984, los programas de software se controlaban mediante comandos complejos. Pero Atkinson logró que las máquinas fueran accesibles a millones de personas sin conocimientos especializados en informática. Además, contribuyó en el desarrollo de los menús desplegables y el “doble clic”.

La revolución de QuickDraw

El trabajo del diseñador de software también está detrás de QuickDraw, la biblioteca de gráficos 2D que definió el pixel como la unidad básica de información gráfica, en contraposición a los sistemas de imágenes vectoriales, basados en objetos geométricos definidos por atributos matemáticos como la posición. Atkinson sentó las bases para la interfaz gráfica de Macintosh.

Steven Levy, editor de la revista Wired, se refirió a Atkinson en el libro Insanely Great: The Life and Times of Macintosh, the Computer that Changed Everything, no solo como un tipo de “ojos azules llameantes” y “bigote a lo Pancho Villa”, sino también como alguien que se había propuesto “reinventar la rueda” y que al final “terminó inventándola”.

QuickDraw fue el motor invisible que dio vida al Macintosh. Sin este programa no habría existido MacPaint, ni ventanas gráficas interactivas, ni una experiencia visual amigable para el usuario común. Fue una de las razones técnicas por las que marcó un antes y un después en los ochenta y la posteridad.