Bulgaria está más cerca que nunca de unirse a la moneda común. El Banco Central Europeo ha informado este miércoles de que el país, parte de la UE desde 2007 y miembro del espacio Schengen de libre circulación desde comienzos de este año, cumple con los criterios de convergencia y los requisitos legales para incorporarse. “Esta evaluación positiva de la convergencia allana el camino para que Bulgaria introduzca el euro a partir del 1 de enero de 2026 y se convierta en el vigésimo primer Estado miembro de la UE en unirse a la zona euro”, señaló Philip R. Lane, miembro del Comité Ejecutivo del BCE. Para que se haga realidad, falta la luz verde de Bruselas y que el Consejo de la UE dé el visto bueno a la adhesión, en consulta con el Parlamento y los jefes de Estado.
El informe de Fráncfort, solicitado por la propia Bulgaria, destaca que el país ha avanzado significativamente hacia la convergencia económica con la zona euro desde 2024. Entre las variables analizadas por el Eurobanco, Bulgaria cumplió con el criterio de estabilidad de precios al mantener su inflación media de 12 meses en el 2,7%, justo por debajo del 2,8% que se le demandaba. Ese valor sale de tomar la media de los tres Estados miembros con menos inflación: Irlanda (1,2%), Finlandia (1,3%) e Italia (1,4%), a los que se les añade 1,5 puntos porcentuales extra.
En cuanto al criterio fiscal, el BCE remarca que Bulgaria no ha estado sujeta a un procedimiento de déficit excesivo desde 2012. Y el déficit presupuestario de las administraciones públicas se situó en el 3% del PIB en 2024. Además, valora que su ratio de deuda sobre el PIB se situó en el 24,1%, muy por debajo del 60% que se fija como límite. Y recuerda que no es algo puntual, se ha mantenido muy por debajo de ese umbral durante los últimos 20 años, algo de lo que no pueden presumir otras economías del euro (Grecia, Italia, Bélgica y España superan el 100%).
Respecto al criterio cambiario, el lev búlgaro participó en el mecanismo de tipos de cambio (MTC II) entre el 20 de mayo de 2023 y el 19 de mayo de 2025, sin mostrar ninguna desviación del tipo de cambio central de 1,95583 levas por euro. El BCE apunta, por tanto, que Bulgaria ha cumplido prácticamente todos sus compromisos posteriores a la entrada en el MTC II, aunque le pone deberes en un par de asuntos. “Es necesario seguir avanzando para abordar las deficiencias pendientes en materia de prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo”.
El estudio abarca otras materias de las que Bulgaria ha salido airosa. Los tipos de interés a largo plazo se situaron en el 3,9% de media durante el período de referencia de mayo de 2024 a abril de 2025, por debajo del 5,1% establecido para el criterio de convergencia de tipos de interés. Y Fráncfort ha concluido que la legislación nacional búlgara es compatible con los Tratados y los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC).
Discrepancias internas
Superado el escollo del examen del BCE, quedan otros por salvar. Internamente, la decisión de adoptar el euro genera discrepancias. El pasado sábado, el partido ultranacionalista Revival convocó una protesta que movilizó a miles de personas contrarias al euro en varias ciudades del país. En un sector de la población existen dos preocupaciones: por un lado, el temor de que la llegada del euro haga subir los precios, y por otro, que la desaparición de su moneda reduzca su soberanía.
Sus críticos demandan la celebración de un referéndum sobre el tema. Y los principales poderes del país están divididos al respecto. El presidente búlgaro, Rumen Radev, presentó a mediados de mayo un recurso ante el Tribunal Constitucional frente a la decisión del Parlamento —de mayoría proeuropea— de bloquear la celebración de esa consulta, y el fallo se conocerá en los próximos días. Mientras tanto, el primer ministro, Rosen Zhelyazkov, considera el referéndum inconstitucional, porque la integración en el euro aparece en los Tratados de la UE.
Según datos de la Comisión Europea, el euro es actualmente la segunda moneda más utilizada del mundo, con unos 341 millones de usuarios, que crecerían en casi siete millones si finalmente se concreta la incorporación de Bulgaria. El último admitido en el club fue Croacia, que usa el euro desde 2023 y fue el país número 20 en adoptarlo. Además de Bulgaria, de los Veintisiete países de la UE están fuera de la zona euro la República Checa, Hungría, Rumanía, Polonia y Suecia, mientras que Dinamarca se acogió a una cláusula de exclusión voluntaria.
El Tratado de Maastricht recoge que todos los Estados miembros de la UE, excepto Dinamarca por haberse acogido a esa excepción, deben adoptar la moneda única e incorporarse a la zona euro una vez que cumplan los criterios, aunque no especifica un calendario concreto.