Jerusalén (EFE).- Israel pretende desplazar a la población gazatí, de unos 2,1 millones de personas, a una zona en el sur de la Franja de Gaza a medida que tome el control del territorio en el enclave, dijo este miércoles en una rueda de prensa retransmitida en televisión el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Netanyahu aseguró que será en esta zona, «limpia de Hamás», donde los gazatíes recibirán ayuda humanitaria, cuyo acceso a la Franja Israel bloqueaba desde el 2 de marzo y que, a pesar de que presuntamente ha vuelto a entrar en los últimos dos días, no está siendo distribuida.
«Plan Trump»
Netanyahu insistió en que Israel implementará el «plan (Donald) Trump» en la Franja de Gaza cuando acabe la guerra, algo que solo ocurrirá, dijo, cuando Hamás sea expulsado del enclave y haya «condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel».
Afirmó -en la línea de Israel en las últimas semanas- que solo está dispuesto a acabar la ofensiva en la Franja de Gaza cuando todos los rehenes san liberados, Hamás deposite las armas y sea expulsado del enclave y Gaza «quede completamente desmilitarizada».
Entonces, Israel implementará, añadió, el «plan Trump», un «plan tan correcto, tan revolucionario, que dice algo simple: los residentes de Gaza que quieran salir podrán salir».
Financiación a Hamás desde Catar
Netanyahu, aseguró que su Gobierno permitió que se transfirieran fondos desde Catar a Hamás en Gaza para mantener a los islamistas y a la Autoridad Nacional Palestina (que administra Cisjordania) divididas, en una rueda de prensa nacional retransmitida en internet.
«La política que condujo a permitir a Catar transferir dinero a Gaza fue aceptada por unanimidad por el gabinete de seguridad», dijo sobre la decisión adoptada en 2018. «¿Por qué se hizo? Porque queríamos mantener divididos a Hamás y la ANP», añadió.
Una investigación del servicio interior de inteligencia israelí (Shin Bet) destapó que Catar envió unos 30 millones de dólares mensuales a Gaza y que acababan en manos del brazo armado de Hamás, con el beneplácito de los gobiernos de Netanyahu, que llegó a decir en noviembre de 2023 que las acusaciones de que estaba permitiendo la financiación de los islamistas eran «ridículas».