Publica su nueva novela ‘Mi nombre es Emilia del Valle’ (Plaza Janés), sobre la guerra civil chilena de 1891
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
La escritora Isabel Allende, que vive en la actualidad en California (Estados Unidos), ha asegurado que si la situación en el país con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se pone de «color hormiga» –tal y como cree que va a ocurrir–, se irá porque no quiere vivir en una dictadura.
«Mientras pueda, voy a vivir en Estados Unidos porque ahí está mi hijo, mi nuera, mis perros y mi marido. En ese orden. Pero si llega el momento que la cosa se pone color de hormiga, como creo que se va a poner, tendré que irme. No quiero vivir en una dictadura. No quiero vivir en un gobierno autoritario», ha asegurado Allende en un encuentro con los medios de comunicación con motivo de la publicación simultanea en español de su nueva novela ‘Mi nombre es Emilia del Valle’ este 20 de mayo.
Así, ha explicado que ese rechazo a vivir «con miedo» fue lo que le hizo exiliarse por la dictadura militar de Chile en 1975 a Venezuela, donde residió 13 años y donde comenzó su carrera como novelista con la publicación de ‘La casa de los espíritus’ en 1982.
«Por eso me fui de Chile, no quisiera tener de nuevo esa experiencia de empezar de cero. Pero si llega el momento, claro. No me siento tan vieja como para no poder empezar de nuevo», ha apuntado.
En ese sentido, Allende ha criticado que aunque en Estados Unidos hay una «gran oposición» al gobierno de Trump, las instituciones del país están siendo atacadas, reiterando que en el momento en el que viva «con miedo», «callada» o escondiéndose, será cuando abandone el país americano. Además, ha señalado que si tuviese que vivir en otro lugar sería en el actual sur de Chile o en España.
«HAY SENTIMIENTO ANTIMIGRANTE EN PAÍSES HECHOS POR MIGRANTES»
La chilena ha apuntado que en la actualidad ve un sentimiento «antimigrante» en «todas partes», pero especialmente en aquellos países que han sido hechos por migrantes. Después, ha afeado que se juzgue a los latinos con la «generalización absurda» de que son «criminales y violadores».
«Hay millones de inmigrantes en Estados Unidos y somos los que contribuimos con los impuestos, con la cultura, con el trabajo. Todos los servicios en Estados Unidos están en manos de migrantes», ha añadido.
Por eso, ha advertido de que el «nacionalismo cristiano blanco» que defiende Trump es «muy peligroso» y ha asegurado que en diversidad es donde se encuentra la «riqueza» en Estados Unidos.
En ‘Mi nombre es Emilia del Valle’, Allende cuenta la historia de la guerra civil chilena de 1891 a través de una joven periodista –«mujer fuerte» y personaje que nacía en ‘La casa de los espíritus’ como parte de la saga ‘Del Valle’– porque guarda muchos paralelismos con lo que ocurriría posteriormente en 1973 en su país.
Así, recupera la figura de las mujeres cantineras de la guerra, un papel de voces «silenciadas» que no aparecen ni en los documentos militares de las guerras ni en los libros de historia.
«No hay ningún solo nombre en la Historia (…) Cuando hago una historia me interesan las voces silenciadas y solo los hombres figuran. Me da rabia», ha apuntado.
La escritora ha reconocido que aunque Madrid le ha dado cosas buenas, le hace recordar a su hija Paula, protagonista de su novela ‘Paula’, porque fue en un hospital madrileño donde enfermó de la porfiria que padecía y donde entró en coma.
«Cuando murió mi hija Paula, ese año que estuvo en coma fue una larga noche, todo igual, no podía distinguir un día de otro y estaba tan confundida y tan dolida que no entendía muy bien lo que había pasado. Cuando ella murió, mi madre me dio las cartas que yo le había escrito a ella desde el Hospital Clínico de Madrid y desde California. Las tenía en orden cronológico y me las dio para leerlas y me dijo ‘la única salida de Paula era la muerte’. Al escribir el libro, empezó un proceso de entender lo que había pasado», ha recordado.
Así, ha concluido adelantando que está tratando de escribir un libro con sus memorias desde el año 2015, sobre el amor, la soledad y la vejez, porque en los últimos años ya ha escrito mucho sobre su hija Paula y el país que se ha «inventado». «Me está costando un triunfo porque he olvidado el 90% de lo que me pasó en la vida y el 10% que recuerdo no pasó así (…) Me idealizo», ha concluido.