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La guerra de Cepyme se resuelve este martes tras una campaña de reproches cruzados entre los candidatos

253 votos de los 505 en liza. Esa es la frontera que Gerardo Cuerva y Ángela de Miguel tienen que cruzar este martes 20 de mayo para presidir Cepyme, integrada en CEOE y principal voz de las pequeñas y medianas empresas de España. El granadino, actual presidente, y la vallisoletana, aspirante y líder de CEOE en su provincia, han protagonizado una campaña atípica, una pelea descarnada plagada de reproches. Hoy se resuelve un duelo con ecos en el conjunto del diálogo social: si gana Cuerva debilitará el liderazgo de Antonio Garamendi en CEOE y dará alas al discurso patronal más fiero contra el Gobierno y los avances sociales que abandera; si vence De Miguel, sobre todo si lo hace con contundencia, reforzará al líder patronal vasco. Lejos queda la época en que este alcanzó varios acuerdos de calado con el Ejecutivo, como la reforma laboral, pero se le sigue considerando más moderado que a Cuerva.

Cuerva y De Miguel se han enzarzado por múltiples asuntos que poco tienen que ver con el día a día de las pymes. Por ejemplo, Cuerva dijo en su entrevista con este periódico: “Antonio [Garamendi] lo ha dicho: quiere para Cepyme una persona funcionaria que trabaje ocho horas al día, cinco días a la semana y que esté a su órdenes”. También en estas páginas contestó De Miguel. “Como la mayoría de los empresarios de este país, trabajo 60, 70 u 80 horas a la semana […] La pyme española se merece alguien que realmente trabaje por ella, no que simplemente esté a gusto en el sillón”.

También han discutido a cuenta de la acusación de Cuerva sobre presiones de la otra candidatura (rotundamente desmentidas por De Miguel) y sobre qué candidato conviene más al Ministerio de Trabajo. “Dos personas han dicho pública y reiteradamente que no quieren que yo sea presidente de Cepyme: el presidente de CEOE y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz”, indicó Cuerva. “Si yo fuera ella”, replicó la vallisoletana, “me gustaría un candidato que invierte más tiempo en hablar mal de la CEOE que en hablar de pymes”.

Preguntada al respecto, la semana pasada Díaz dijo seguir “con muchísimo interés el congreso de Ceypme”. “Son más interesantes [junto a los congresos sindicales] que los de otras entidades porque marcan un destino de época. Con absoluto respeto a las partes que conforman CEOE y Cepyme, no me posiciono”, añadió la vicepresidenta, informa Manuel V. Gómez.

Uno de los asuntos clave de la campaña, y en los que sí se distingue una posición de fondo distinta, es cómo debe relacionarse Cepyme con la gran patronal española. Los dos candidatos han defendido que la patronal de pymes siga integrada en CEOE, pero Cuerva insiste más en la importancia de que tenga “voz propia” frente a los intereses de las grandes compañías. Parte de la pequeña empresa opina que no siempre han sido escuchados, por ejemplo durante la negociación de la reforma laboral. De Miguel apela más al consenso, pese a reconocer las diferencias que puedan darse dentro de la organización.

En lo que ninguno de los dos busca entendimiento es en la relación con otra organización de pymes, Conpymes (y en particular la catalana Pimec, integrada en la anterior), que está ganando peso en los últimos meses. El Gobierno le está dando espacio en la negociación colectiva, algo que enerva a CEOE y Cepyme. Los dos bandos de la pelea por Cepyme acusan al otro de que su forma de actuar está dando fuerza a Conpymes.

A la vez, el equipo de Cuerva observa una diferencia ideológica de base, un mayor combate al Ejecutivo, premisa que niegan los que respaldan a De Miguel. La interpretación de los primeros se sustancia, en parte, por el papel de la presidenta de la Comunidad de Madrid, referente de parte de la derecha económica, en esta disputa: Isabel Díaz Ayuso acudió al desayuno informativo de ambos candidatos, pero en el que participó y en el que dedicó palabras de apoyo fue en el de Cuerva.

¿Quién vencerá?

Ambas candidaturas dicen tener los números para vencer. Desde el equipo de Cuerva se indica que sin el voto delegado ganaría de calle, pero la persistencia de este sistema (por el cual un elector puede depositar el de otros) equilibra la balanza. Al otro lado creen que ganarán con contundencia, con bastante más de la mitad del respaldo a su alcance.

Las apuestas extraoficiales este lunes hablaban de que ambos contrincantes llevarían una cantidad similar de votos delegados. Y se espera un importante número de abstenciones, que podrían rondar 70 votos. Fuentes que no se identifican con ninguna de las dos candidaturas aseguraban que tampoco habrá que perder de vista a quienes hayan delegado el voto pero, finalmente, se presenten mañana a votar, con lo que ese voto pasaría a ser presencial y secreto. En definitiva, estas mismas fuentes apuntan que la victoria se juega por un puñado de unos 80 votos que pueden inclinar la balanza hacia uno u otro lado.

La actual dirección de Cepyme explica que de los 505 votos, 275 corresponden a asociaciones empresariales sectoriales y 230 a territoriales. Por lo general, independientemente de la población, cada provincia tiene cuatro votos, lo que concede mucha importancia a asociaciones provinciales alejadas de los grandes centros de poder económico del país. Hay algunas excepciones en esa distribución de cuatro votos por provincia: por ejemplo, Madrid cuenta con seis votos, pese a ser uniprovincial, mientras que Cataluña tiene ocho votos en conjunto, en vez de cuatro para cada una de sus cuatro provincias.

También son clave patronales pequeñas, especialmente del metal y la construcción, que tienen votos propios más allá de los de sus grandes casas empresariales, la Confederación Nacional de la Construcción (cuatro votos) y Confemetal (seis votos).

Las listas de cada candidato muestran que el apoyo no es cerrado en cada organización. Por ejemplo, CEOE de Castilla y León emitió un comunicado para respaldar a De Miguel, pero Cuerva lleva a dos vicepresidentes de la patronal castellanoleonesa en su candidatura. Lo mismo sucede en Confemetal, que también anunció su apoyo a la vallisoletana pero Cuerva cuenta con uno de los vicepresidentes de la patronal del metal.

Con todo, pese a las anteriores precisiones, el apoyo público a De Miguel ha sido mucho mayor que el recabado por Cuerva: han visibilizado su respaldo a De Miguel la madrileña CEIM, la catalana Foment, los autónomos de ATA, las ya mencionadas CEOE de Castilla y León y Confemetal, así como las asociaciones empresariales autonómicas de la Comunidad Valenciana, de Baleares, de La Rioja, de Galicia o de Aragón. Los únicos líderes territoriales que Cuerva lleva en su lista son el de Castilla-La Mancha y el de Cantabria.

Garamendi contra Cuerva

Distintas fuentes tanto patronales, como sindicales y del Ejecutivo vienen mostrando su “sorpresa” por la virulencia de la contienda. Era conocida la falta de sintonía entre Cuerva y Garamendi, pero no que podía alcanzar estos extremos, abiertos en canal el 20 de enero de 2025. Entonces el diario ABC publicó que Garamendi buscaba un candidato alternativo a Cuerva.

Distintas fuentes patronales, entre ellas algunas no alineadas ni con Cuerva ni con Garamendi, sostienen que el movimiento del vasco responde a que el granadino pretende arrebatarle el puesto al frente de CEOE. Garamendi cambió los estatutos de CEOE en 2023, suprimiendo el límite de dos mandatos, que alcanzaría al terminar el actual. Con esta maniobra para alargar su mandato más allá de lo previsto inicialmente, despertó algunos recelos.

Otras voces empresariales, sin embargo, aseguran que la presidencia de CEOE no era el objetivo de Cuerva y que sin la maniobra de Garamendi nunca habría aspirado al liderazgo de la principal patronal; pero a la vez apuntan que si Cuerva gana este asalto tendría argumentos para afrontar esa batalla en el futuro.