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Canarias vuelve a protestar el domingo contra un turismo instalado en el récord

Los canarios vuelven a estar llamados este domingo a protestar contra el turismo masivo, un año después de las históricas manifestaciones que convocaron a más de 54.000 personas en las islas. Desde aquellas concentraciones, que luego replicaron otras ciudades por toda España para protestar contra la turistificación y las dificultades de acceso a la vivienda, el archipiélago no solo ha cerrado un récord turístico, sino que enfila otro este ejercicio. Los ingresos por habitación lideran los de toda España, y la inversión hotelera copa el 20% del total. En el otro lado de la balanza, la tasa de pobreza mejora, pero el archipiélago sigue en el vagón de cola, lo mismo que sucede con el paro o los salarios. “Las mayores manifestaciones de nuestra historia fueron ignoradas por las instituciones”, aseguran los convocantes. “El pueblo salió a la calle y parece que no ha salido”, sentencia la portavoz de las camareras de piso. El presidente autonómico, Fernando Clavijo, asegura que su Ejecutivo lleva trabajando “desde hace mucho tiempo” en la “revisión” del modelo turístico y la transferencia de riqueza, y se abre a plantear tasas turísticas.

Las reivindicaciones de los convocantes no varían mucho respecto a las puestas sobre la mesa el año pasado: una moratoria turística, la ecotasa, una ley de residencia, el aumento de la vigilancia en los espacios naturales o la paralización de macroproyectos como Cuna del Alma, en Tenerife. Pero estas peticiones se enfrentan a un negocio más boyante que nunca. En 2010, Canarias recibió 10,43 millones de visitantes, según el INE. En 2024, el dato había crecido hasta un récord de 17,7 millones, tantos como los que reciben Brasil y la República Dominicana conjuntamente. Pero es que según los últimos datos publicados por el INE, el archipiélago volvió a cerrar el mejor primer trimestre de su historia. De cada 100 turistas mundiales, casi 1,5 visitan a Canarias, que apenas supone el 0,0275% de la población mundial. De cada 100 turistas que llegan a España, casi 20 viajan a Canarias, que apenas representa el 4,5% de la población española.

El negocio es suculento para los propietarios. Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote lideran la estadística nacional de ingresos hoteleros por habitación disponible (RevPar), según la consultora Colliers. Estos se han triplicado desde 2009. El alza de precios ha ayudado, a su vez, a que el gasto de los turistas haya subido el 77,5%.

Los cantos de sirena del turismo han conducido a una hipertrofia demográfica. La población en Canarias se ha incrementado en un 28,3% desde el cambio de siglo, según el INE, frente al 18,8% de incremento medio en España. Es la tercera comunidad más densamente poblada, con 303 personas por kilómetro cuadrado, tras Madrid y País Vasco. Y eso, a pesar de que el saldo natural de nacimientos es negativo desde 2017.

La masiva llegada de personas a las islas se percibe a diario en todo tipo de cuestiones, desde los atascos, la saturación de los espacios naturales y, sobre todo, el mercado inmobiliario. Una concatenación de factores, entre los que se encuentra la explosión de la vivienda vacacional —el Ejecutivo autónomo ultima la ley que pretende ponerle coto— ha provocado que sea la cuarta comunidad con el precio medio más elevado, por detrás de Madrid, Baleares y el País Vasco. Y eso, a pesar de los residentes no solo tienen los salarios más bajos de España, sino que, además, son los que más poder adquisitivo han perdido en los últimos dos años, sufren una de las tasas de riesgo pobreza más altas (el 31,2%, frente al 33,8% del año anterior) y la cuarta tasa de paro más elevada (13,5%). El presidente Clavijo ha viajado esta semana a Bruselas para presionar en pos de una ley de residencia que limite, entre otras cuestiones, la compra de viviendas por capital extranjero.

“No han escuchado la voz de las más de 200.000 personas que exigieron un nuevo modelo en toda Canarias”, aseguran los convocantes de las manifestaciones bajo el lema Canarias tiene un límite. “Al contrario, han intensificado su apuesta por un sistema que prioriza el beneficio de unos pocos sobre el bienestar de la ciudadanía y la protección del territorio”.

El presidente canario asegura haber tomado nota. “El Gobierno sigue trabajando independientemente de que, obviamente, haya colectivos que entiendan que se tiene que hacer más o que se tenga que hacer de otra manera”, señaló esta semana. En sus declaraciones a los medios, recordó que ya en enero del 2024 advirtió en Fitur a los empresarios turísticos “de la necesidad de una subida de salario” para “redistribuir mejor la riqueza”. El Ejecutivo de Clavijo incluso parece haber cambiado su postura sobre una posible ecotasa, pese a haber rechazado en el Parlamento regional las iniciativas del PSOE. Matiza, sin embargo, que en ningún caso apoyará que esa tasa sea autonómica.

La consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Jessica de León, remarcó esta semana que, aunque comparte algunas de las reflexiones de los convocantes, no es partidaria de “demonizar ni al turista, ni al modelo”, y ha planteado la necesidad de “hablar y debatir” sobre fiscalidad en el sector.

Pero estos anuncios no satisfacen a los convocantes. “El Gobierno de Canarias ha promocionado un pacto para un desarrollo sostenible que no refleja en absoluto las demandas reales de la ciudadanía. El proceso que han creado es una fachada que no busca el cambio profundo que necesitamos, sino tratar de apaciguar a la gente», señalan.

Los hoteleros han alarmado de las consecuencias de obligar a los turistas a pagar un extra. Los fondos de inversión no parecen tan preocupados. Han olido el negocio, y acaparan el 73% de la inversión hotelera en las islas en los últimos cinco años, según Colliers, tras invertir 3.200 millones de euros. Este dato ha hecho que Canarias haya sido, por segundo año consecutivo, la región con mayor inversión hotelera de España, con un 20% del total. Estas inversiones se suelen llevar a cabo bajo el modelo de leveraged buy-out (compra apalancada), en los que la deuda se repaga con los flujos de caja generados por el propio hotel, y la venta posterior anticipa beneficios futuros, lo que añade presión a los costes de la empresa, y particularmente a los salarios de los trabajadores menos cualificados y con menos poder de negociación. Como Mónica García, presidenta de Kellys Unión Tenerife. “Las manifestaciones no han tenido el efecto deseado”, explica en conversación telefónica. “Nosotras somos las más perjudicadas, somos la gallina de los huevos de oro empresarios: un hotel puede vivir sin recepción, incluso sin restaurante, pero no sin limpieza. Y todo cae sobre nosotras”.