Roma (EFE).- El español Carlos Alcaraz, número 3 del mundo, doblegó este martes la potencia del ruso Karen Khachanov, al que apartó en los octavos de final del Masters 1.000 de Roma en tres sets (6-3, 3-6 y 7-5) para citarse en los cuartos de final con el británico Jack Draper, reciente finalista en Madrid.
Fue la quinta vez que Alcaraz se cruzó con Khachanov en su carrera, la primera en tierra batida italiana. La única en la que encajó un set. Un pleno ante un jugador contra el que, pese a su potente derecha, le gusta jugar: «Será un partido complicado, pero me gusta jugar contra Khachanov porque es un jugador que te da mucho ritmo», dijo tras su victoria en la anterior ronda.
Fue un partido duro. Acabó algo mermado físicamente tras dos horas y media de duelo. Pero resistió en el momento clave y asestó el golpe decisivo justo a tiempo.
En los dieciseisavos, al murciano le costó coger ritmo, algo condicionado por la humedad de la noche romana, que impidió que la potencia de sus golpes tuvieran el efecto e impacto deseado en pista. Ante Khachanov, en estos octavos, saltó a pista en el primer turno, con sol y calor. Y, aunque tampoco fue un inicio fácil, estuvo ligeramente más cómodo.
Le costó, eso sí, volver a entrar en el partido. De hecho, cedió su saque en el primer juego. Y le tocó remar cuando el marcador se puso 1-3 en su contra. Fue ese su peor momento. Algunas dudas, algunas miradas al banquillo e incluso alguna curiosa de reojo al marcador digital de la pista central del Foro Itálico cuando Khachanov sacó a pasear su martillo.
Tesón y concentración
Se quedó solo en eso, en unas dudas que disipó sin problema. Con tesón, con concentración, con buenos movimientos que confirman su mejoría física pese a que porte esa manga negra en su pierna derecha, que llevará todo el torneo, consiguió darle la vuelta por todo lo alto. Cinco juegos seguidos, dos ‘breaks’ y sentencia del primer envite en la primera oportunidad que tuvo, tras 40 minutos de choque.
La igualdad reinó también en la segunda manga. Khachanov sobrepasó los 200 kilómetros por hora en sus saques, pero Alcaraz restó con solidez, con inteligencia, moviendo el máximo posible a un jugador tan alto como el ruso, de casi 2 metros. Intentó que las respuestas no le llegaran a la altura de la cintura, donde más peligroso era su víctima.
Hasta que, tras cuatro juegos, el murciano encontró el ‘break’ en un juego en el que llegó a ir 40-15 abajo. Hizo cuatro puntos seguidos, a cada cual mejor, celebró con el puño la rotura hacia su banquillo y oteó los cuartos de final. Se sintió liberado. Se lució con una de sus habituales dejadas. La dejó muerta, imposible para Khachanov. Y con un revés paralelo levantó a la grada.
Pareció que lo tenía en su mano. Pero, de repente, se desconectó. Perdió el control del partido de un momento a otro. Khachanov hizo 4 juegos seguidos. Renació el ruso, ganador de su primer set contra Alcaraz, obligado entonces a la reacción tras encajar su primera manga en todo el torneo.
Tres juegos de ventaja
Ganó su primer saque, rozó el ‘break’ en el de Khachanov y sobrevivió en el suyo con dos bolas salvadas. Con 2-1 a su favor, se generó 3 bolas para romper, pero Khchanov no se amedrentó y consiguió empatar a 40. Ahí, Carlos, en lugar de echarse atrás, fue donde demostró personalidad. Aguantó el chaparrón, gestionó bien sus derechas y acabó ganando el juego para el 3-1, ‘break’ que confirmó poco después con su servicio.
Tres juegos de ventaja que no le sirvieron para estar tranquilo. Porque Khachanov no se rindió. Volvió a la carga e igualó de nuevo el caótico partido, tenso hasta el final. A Alcaraz le fallaron un poco las fuerzas en los últimos juegos. Pero se las apañó para romper en el momento decisivo. Un buen mate. Una derecha cruzada al ángulo. Una dejada y un globo en el mismo punto. Y el intercambio final que acabó con el revés de Khachanov en la red.
Lo celebró liberado Alcaraz, que en los cuartos de final se enfrentará al británico Jack Draper, número 5 y reciente finalista en Madrid que ganó en su duelo al francés Cornetin Moutet, número 83 del mundo.