Teherán dice que este paso podría darse «durante un periodo limitado de tiempo» como «medida para mejorar la confianza»
MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) –
El Gobierno de Irán ha abierto este martes la puerta a aceptar temporalmente una limitación temporal a su enriquecimiento de uranio, en medio de las conversaciones con Estados Unidos, si bien ha sostenido que esta decisión sería adoptada a cambio de que Washington retire las sanciones impuestas contra Teherán.
«Durante un periodo limitado de tiempo, podemos aceptar una serie de restricciones relativas al nivel y capacidad de enriquecimiento», ha dicho el viceministro de Exteriores iraní, Mayid Tajt Ravanchi, quien ha señalado que se trataría de «una medida para mejorar la confianza», según ha recogido la agencia de noticias Tasnim.
«Nuestras acciones no son pasos que vayan a darse de forma unilateral, sino como parte de medidas para mejorar la confianza que pueden ser presentadas por Irán para garantizar que el programa es totalmente pacífico», ha señalado. «A cambio, la otra parte deben adoptar medidas para la retirada de sanciones», ha explicado.
Sin embargo, ha hecho hincapié en que los contactos mantenidos hasta ahora con Washington «no han entrado en detalles sobre el nivel y alcance del enriquecimiento». «No hemos llegado aún a esta etapa. Estamos en el inicio de los trabajos y no hemos llegado al momento en el que vaya a determinarse el momento o el porcentaje (del enriquecimiento de ucranio)», ha apostillado.
Antes de la última ronda de contactos, celebrada este fin de semana, el ministro de Exteriores iraquí, Abbas Araqchi, defendió el derecho de su país a proseguir con su enriquecimiento de uranio, si bien el enviado especial de Estados Unidos para Oriente Próximo, Steve Witkoff, sostuvo recientemente que el objetivo de estas conversaciones es que Irán abandone «voluntariamente» su programa de enriquecimiento.
Los contactos entre Irán y Estados Unidos, que tuvieron su tercera etapa este sábado en Omán, son los primeros de este tipo desde la retirada de Washington en 2018 del histórico acuerdo nuclear firmado tres años antes entre Teherán y las potencias mundiales –todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, más Alemania y la Unión Europea–.