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El suministro energético, un reto para atraer a EE.UU. las inversiones que busca Trump

Oxon Hill (EE.UU.) (EFE). EE.UU. busca potenciar la inversión extranjera directa en un momento de optimismo, impulsado por la voluntad del Gobierno de Donald Trump de generar empleos en manufactura y otros sectores. Uno de los principales retos señalados por representantes regionales es el suministro de energía a gran escala.

«Gracias a la Administración de Trump nuestro flujo de posibles acuerdos (de inversión) es hoy mayor de lo que nunca lo ha sido», afirmó de manera rotunda el gobernador de Misisipi, Tate Reeves, en la cumbre de inversión SelectUSA, cita que suele atraer a más de 5.000 participantes y que este año las autoridades locales encaran con especial entusiasmo ante las políticas del Gobierno federal.

 «Es obvio que no vamos a lograr todos esos contratos de inversión, pero creo que nuestra economía va a seguir prosperando en el panorama actual», añadió Reeves, que lidera un estado que concentra plantas de empresas como Toyota, Rolls Royce o Airbus y que tiene deseos de atraer capital de nuevos sectores, como, por ejemplo, los centros de datos.

Aunque Trump ha aplicado presiones arancelarias para fomentar la inversión extranjera, varios directivos de multinacionales destacaron el «buen momento» para invertir en EE.UU., tanto por la agilidad regulatoria como por la protección a la propiedad intelectual.

Una «era vibrante»

La consejera delegada de Siemens, Barbara Humpton, afirmó que el país vive una «era vibrante», destacando iniciativas gubernamentales en tecnología, inteligencia artificial y ferrocarril de alta velocidad. Siemens ha centrado inversiones recientes en manufactura de trenes en Carolina del Norte y equipos eléctricos en Texas y California, esenciales para los centros de datos.

Fotografía de archivo de personas en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Angel Colmenares

La alta demanda energética de estos servidores representa un gran desafío, especialmente para el estado de Virginia, el mayor concentrador de centros de datos del mundo. 

«La demanda de energía no va a decrecer, sino todo lo contrario», afirmó su secretario de Comercio, Juan Pablo Segura, quien destacó iniciativas como el desarrollo de reactores nucleares de nueva generación.

«Queremos que ese reactor esté operando para 2030, y con nuestro actual marco regulatorio creo que lo podremos lograr», añadió.

Un gasoducto para suministrar a Asia oriental

Uno de los grandes objetivos de la Administración de Trump en el plano energético es hacer realidad un plan que lleva años en desarrollo y que se ha topado con trabas en cuanto a viabilidad económica, el de construir un gasoducto que permita suministrar desde Alaska 20 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL) cada año a Japón, Corea del Sur, Taiwán, Vietnam o Tailandia.

La idea es transportar gas natural desde North Slope, la región más septentrional de EE.UU., hasta el puerto de Nikiski, desde donde sería licuado y enviado en barco a Asia en una travesía de unos 8-9 días, casi cuatro veces menos que lo que tarda en llegar el GNL de Texas que EE.UU. vende a esta región del mundo.

El problema es que la construcción de un gasoducto de casi 1.300 kilómetros de largo en una zona tan remota se ha estimado en unos 44.000 millones de dólares (unos 39.641 millones de euros).

En todo caso el gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, cree que ante el panorama actual el gas podría estar ya «fluyendo» en 2028, según dijo en la jornada inaugural de esta cumbre que concluye el miércoles.

«Los aranceles y el comercio han cambiado la ecuación», admitió con respecto a la reticencia mostrada hasta ahora por los grandes compradores de GNL estadounidense en la región, Japón y Corea del Sur, dos países cuya economía depende a su vez enormemente de lo que exportan a EE.UU. y que negocian estos días para que no se haga realidad la amenaza de Trump de imponerles aranceles del 24 % y del 25 %, respectivamente.