Buscar

Los supermercados resistieron mejor el golpe del apagón que las tiendas de moda y los bares

Un apagón de electricidad como el que paralizó la España peninsular el pasado 28 de abril no solo deja los trenes detenidos y los móviles sin línea. Interrumpe las cocinas de los restaurantes, desactiva las cajas registradoras de los centros comerciales y desconecta los medios electrónicos de pago digitales y los servidores. Su impacto económico, sin embargo, no es uniforme. Mientras que algunos sectores ven interrumpido todo su funcionamiento por completo, otros logran adaptarse para minimizar el parón. Eso es justo lo que sucedió aquel distópico lunes: mientras que los establecimientos de moda, la restauración y las actividades del ocio sufrieron más la caída del consumo, otros sectores como el de la distribución aguantaron mucho mejor el golpe.

Dos semanas después del gran apagón, BBVA Research, el centro de estudios de la entidad financiera, ha analizado el patrón de gasto de sus clientes durante aquel episodio, tanto en los días previos como en los posteriores. El análisis por sectores, explica el centro, muestra una caída generalizada de las compras realizadas por los residentes de las provincias afectadas por el corte de la luz, aunque con heterogeneidad. Destacó, sobre todo, el ajuste a la baja en moda, salud y electrónica y comunicaciones, donde el gasto descendió alrededor de un 60% respecto a los lunes no festivos de abril de 2024.

En cambio, el impacto fue de mucha menos magnitud en supermercados y grandes superficies, con caídas de entre el 20% y el 30%. Otros sectores, como el de los suministros para el hogar, la electrónica y comunicaciones, el transporte y el ocio registraron descensos de entre el 45% y el 55%, dejando un retroceso medio total de unos 41 puntos.

Hay que comparar con el mismo periodo del ejercicio previo porque los patrones de consumo son diferentes en función de cada semana y cada mes. No obstante, la tendencia se mantiene si se toman como referencia los días inmediatamente anteriores al apagón.

Es difícil explicar las causas de estas divergencias y el porqué de la mayor resistencia de la distribución y los supermercados. “No tenemos una respuesta segura”, reconoce Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. “Pero es posible que refleje distintos patrones de consumo durante el día: más concentrados por la mañana en alimentación y grandes superficies, antes de que se observara el corte de la luz”, apunta.

Dos días después del blackout todos los sectores registraron compras por encima de las correspondientes a hace un año. Y la evolución más favorable se observa en supermercados y grandes superficies, por lo que estos sectores se habrían posicionado como los ganadores tanto el día del colapso eléctrico como los posteriores. Una razón, prosigue Cardoso, puede ser “la necesidad de asegurar un inventario mínimo de alimentos en caso de una nueva emergencia”. En las zonas no directamente afectadas, de hecho, el gasto disminuyó marginalmente en casi todos los sectores el 28 de abril, con la excepción de los supermercados, y repuntó a continuación.

Aunque “no podemos estar seguros”, la teoría del efecto prevención es la que gana enteros. Esto se refuerza por el comportamiento que tuvieron las retiradas de efectivo, de nuevo según los datos de la entidad. Los residentes en las islas, que no se vieron afectados por los cortes, aumentaron inusualmente su demanda de dinero. Los de la España peninsular siguieron este comportamiento en los días posteriores al apagón. “Esto puede reflejar la percepción de un mayor riesgo de quedarse de nuevo sin liquidez en caso de un nuevo evento”, sostiene Cardoso.

El centro de estudios del banco también ha analizado el aspecto territorial. A nivel regional, se observa un descenso generalizado de las compras con tarjeta en las zonas afectadas. Entre las provincias con mayores caídas están Valencia y algunas limítrofes a Madrid, como Segovia, Cuenca, Guadalajara y Ávila. También destacan otras como A Coruña, Pontevedra, Lleida y Jaén. “Cierta heterogeneidad puede venir del momento en el que regresó la luz en cada provincia y del peso del gasto en efectivo en el gasto total, que refleje mayor tenencia de saldos de dinero precautorio”, señala Cardoso, aunque con cautela dado que es difícil poder confirmarlo.

En la semana previa al apagón, el gasto mostraba niveles muy similares al año previo en todas las provincias. Sin embargo, dos días después, todas ellas registraron compras significativamente mayores que hace un ejercicio, “evidenciando la rápida recuperación regional”.