El apagón masivo que está sufriendo gran parte de España desde mediodía de este lunes está provocando graves problemas a los comercios para operar con normalidad. Muchos de los establecimientos han optado por cerrar sus puertas hasta que la situación mejore, mientras que en aquellos que se mantienen abiertos impera el pago en efectivo, dado que no todos los terminales de pago para realizar compras con tarjeta funcionan aún. Solo algunos bancos permiten el pago con tarjeta a través de sus terminales (TPV) y no es posible realizar retiradas de dinero en los cajeros automáticos. Según ha informado el operador de la red eléctrica española (Redeia), la recuperación total del servicio en el país tardará entre seis y diez horas.
Los grandes establecimientos de consumo afrontan con una doble estrategia el apagón: o cerrando sus puertas directamente o cobrando en efectivo. Esta segunda opción es la que defienden desde El Corte Inglés, que asegura que se puede pagar en metálico en todos sus locales y funcionan con la poca normalidad que permite la situación. En algunas de sus tiendas, como la de la calle Preciados de Madrid solo funcionan algunas luces y la música ambiental y los empleados de seguridad se han colocado en las escaleras para avisar a los clientes de que tengan cuidado al subir o bajar, informa Manme Guerra.
Desde supermercados Dia se ha optado por el cierre de sus locales, pero sus almacenes mantienen la actividad a medio gas. Mientras tanto, Carrefour logra que funcionen sus grandes hipermercados pero en las tiendas más pequeñas depende de cada caso particular. Mercadona, el líder nacional de supermercados, explica que todos sus establecimientos están funcionando con grupos electrógenos. Inditex no comenta la situación, pero ha cerrado sus establecimientos.
El cierre de los grandes supermercados está derivando a los clientes a las tiendas de conveniencia, como SuperCor, o pequeñas tiendas de alimentación, donde empiezan a formarse colas en busca de botellas de agua, pilas y linternas. “Yo no quería hacer el kit, pero con esto me están empujando a hacerlo”, aseveraba uno de los clientes que esperaba. Entre aquellos que han optado por salir de casa y realizar alguna compra está Cecilia Gómez (Madrid, 70 años), que se siente afortunada por no haberse quitado la costumbre de tener efectivo en la cartera. “En estos tiempos resulta estratégico ser viejo”, reconoce entre risas, según informa Juan Pablo Quintero.
La situación se repite también en el resto de ciudades, donde se está produciendo un aluvión de visitas a bazares y tiendas en busca también de radios, pilas, linternas y velas. En Cádiz, en un bazar de El Puerto, el acopio ha provocado que en varias tiendas se estén agotando artículos como los campings gas. “Es el último que nos queda”, advierten a uno de los compradores, explica Jesús A. Cañas.
Entre los pequeños establecimientos que han optado por mantenerse operativos impera el pago en efectivo. En Madrid, en la cafetería Sanpas (en la calle de Alcalá, 506 de Madrid), los datáfonos no sirven y los camareros no pueden cobrar a los clientes ni servirles café, pero la cocina sí puede salir porque usan gas. “Yo he venido a comer aquí porque las placas vitrocerámicas de mi casa han dejado de funcionar” comenta una clienta. Al lado, la farmacia del barrio ha cerrado sus puertas para evitar problemas o incidentes, tal y como han hecho también muchos otros establecimientos de todo tipo, informa Pablo González.
Herente Wilmet (52 años, Madrid), responsable de otra cafetería en la calle Alcalá -Los Almendros, en el número 508- también se ha visto afectado por el apagón: “No funciona nada tecnológico. Se ha ido cuatro veces la luz, pero seguimos aceptando clientes porque tenemos bombonas para cocinar. En cambio, tendrán que pagar en efectivo, pero ya tenemos menos clientes porque se ha paralizado todo”. Las neveras donde guardan bebidas y comida han dejado de funcionar. En un plazo de seis horas, tendrán que tirar todos los alimentos a la basura, si no vuelve la electricidad, comenta. En zonas comerciales como el barrio de Goya se respira una relativa normalidad, con buena parte de los negocios cerrados por temor a saqueos.
La situación se repite en el resto de ciudades. “Solo vendemos botellas que quedan frías. No tenemos cocina, ya que el gas ciudad necesita electricidad también”, comenta David Suárez, jefe de cocina y socio de Pureza del Sur, un restaurante especializado en arroces que abrió hace solo 20 días en Sevilla. Muy cerca, el hotel Colón funciona de momento gracias a un generador, que permite que las habitaciones tengan luz y los ascensores funcionen, informa Javier Martín Arroyo. “Intentamos apagar todo lo que no es imprescindible”, han comentado fuentes del hotel.
A las afueras de Sevilla, en un Mercadona en el área comercial Alavera, en San Juan de Aznalfarache, hay quienes están haciendo acopio de agua, mientras la zona de cárnicos está tapada con una persiana para no perder frío, detalla Ángel Munárriz.
La odisea de pagar con tarjeta
El pago con tarjeta depende del banco propietario de la terminal de pagos (TPV). Así, aquellas tiendas que cuentan con una TPV del Sabadell, por ejemplo, pueden hacer sus cobros con normalidad, mientras que otras entidades no logran aún ofrecer este servicio. Desde el Santander también indican que sus TPV funcionan correctamente. La razón está en que el funcionamiento de estos terminales de pago está vinculada con servidores respaldados por sistemas de generadores, si bien en muchos casos su utilización depende de cada dispositivo concreto. Desde Redsys, la plataforma de pago que utilizan los bancos en España, explican que funcionan con normalidad.
Fuentes de CaixaBank comentan que han activado los protocolos para asegurar la continuidad operativa y recuerdan que mantienen en funcionamiento sus canales digitales, tanto web como app.
Pese a todos los trabajos, la operativa de las sucursales bancarias es mínima al no contar con electricidad y que en algunos casos, donde no es posible asegurar el servicio, se ha procedido a activar un cierre ordenado. Tampoco es posible, de manera general, retirar efectivo de los cajeros en las zonas afectadas por el apagón.
A nivel general, las app de los principales bancos españoles funcionan con normalidad, si bien algunas operaciones registran fallos. Por ejemplo, el pago con Bizum ha registrado interrupciones a lo largo de la jornada.
Los problemas también afectan al servicio de las gasolineras y muchas están inoperativas. Las dos estaciones de servicio que están en las cercanías de Ciudad Lineal, en Madrid, no prestan servicio. El encargado de una de ellas, de Repsol, Javier González, dice que “las bombas que permiten el repostaje funcionan con electricidad”, por lo que las máquinas no pueden extraer la gasolina para abastecer a los coches. “No tenemos comunicación con la central, por ahora debemos esperar a que se normalice la situación”, comenta.