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Un bombardeo de EE UU contra un centro de detención de migrantes en Yemen causa al menos 68 muertos

Un bombardeo estadounidense lanzado la madrugada de este lunes contra un centro de detención de migrantes situado en el noroeste de Yemen, en territorio controlado por los rebeldes hutíes, mató al menos a 68 personas de diferentes nacionalidades africanas y causó una cincuentena de heridos, según informó el cuerpo de protección civil local. La matanza se produce solo 10 días después de que otro ataque de Estados Unidos contra un puerto petrolero yemení dejara como mínimo 80 muertos y en torno a 150 heridos, y vuelve a evidenciar el elevado número de víctimas civiles que está ocasionando su agresiva campaña de bombardeos en el país.

El centro de detención atacado este lunes se encontraba en Saada, la región natal de los hutíes y una de las más golpeadas por Estados Unidos. El Ministerio del Interior hutí ha declarado que la instalación estaba supervisada por la Cruz Roja y una agencia de la ONU y ha afirmado que albergaba a 115 migrantes africanos, de los que no ha detallado el país de origen. Los equipos de protección civil, que seguían trabajando en el lugar a última hora de la mañana, trasladaron al hospital a más de 50 heridos, algunos de los cuales han acabado falleciendo. Imágenes difundidas por el canal de televisión Al Masirah, afiliado a los hutíes, muestran el centro de detención devastado, con cadáveres tendidos en el suelo y algunos supervivientes.

Trump lanzó una campaña contra los hutíes el 15 de marzo después de que el grupo yemení amenazara con retomar los ataques contra el tráfico marítimo en el mar Rojo, una arteria clave para el comercio mundial, en respuesta a la decisión de Israel de volver a bloquear la ayuda humanitaria a Gaza.

La operación ordenada por el presidente estadounidense tomó así el relevo de la campaña de bombardeos efectuada en Yemen por su predecesor, Joe Biden, a lo largo del año anterior. Hasta la semana pasada, la operación de Trump había dejado ya 500 muertos y heridos civiles, lo que representa una tasa media de víctimas civiles por ataque casi ocho veces superior a la registrada durante la campaña de la era Biden, según el recuento de la plataforma independiente de recolección de datos Yemen Data Project (YDP).

El ejército estadounidense informó la noche del domingo de que desde el 15 de marzo ha atacado más de 800 objetivos en Yemen con el fin de restablecer la libertad de navegación y su poder de disuasión. También aseguró que durante la operación en curso ha matado a “centenares” de combatientes hutíes y a “numerosos” líderes del grupo –una afirmación que no ha probado públicamente– y que ha destruido múltiples centros de comando, sistemas de defensa aérea e instalaciones de fabricación y almacenamiento de armas. Washington, sin embargo, no se ha pronunciado todavía sobre el alto número de víctimas civiles que está dejando su campaña.

Pese a que se trata de uno de los países más pobres y peligrosos del mundo, y de que sufre una de las peores crisis humanitarias del planeta desde hace una década, miles de migrantes de países africanos, sobre todo de Etiopía, se adentran en Yemen para intentar llegar a Arabia Saudí y Omán en busca de oportunidades laborales. En muchos casos, sin embargo, acaban quedando atrapados en el país, incluido en centros de detención como el atacado este lunes.

En enero del 2022, tres bombardeos efectuados por una coalición liderada por Arabia Saudí contra otro centro de detención ubicado también en Saada se cobró alrededor de 90 vidas y dejó decenas de heridos, según informó entonces la oficina de derechos humanos de la ONU, que calculó que el lugar albergaba a unas 1.300 personas, incluidos 700 migrantes. Human Rights Watch (HRW) documentó asimismo que entre principios de 2022 y mediados de 2023 guardias de fronteras saudíes mataron a cientos de migrantes y solicitantes de asilo etíopes, entre los que se encontraban niños y mujeres, mientras intentaban entrar en su territorio.