
Los productores españoles de cerdo en España han visto la luz al final del túnel con la guerra arancelaria desatada por Donald Trump en donde la gran mayoría de empresas solo ve oscuridad. EE UU ha impuesto un arancel del 145% a los productos exportados desde China con destino al mercado estadounidense y la respuesta por parte de China ha sido elevar los gravámenes impuestos a los productos vendidos desde EE UU a China al 125%.
La primera consecuencia de este último arancel es que miles de empresas estadounidenses perderán sus ventas a China por el súbito encarecimiento de sus bienes. Entre ellas, las productoras de carne de cerdo que, junto a las brasileñas, habían liderado las exportaciones a China desde 2021 en detrimento de las españolas. China es uno de los mayores consumidores de carne de cerdo en el mundo y entre 2018 y 2019 se vio obligada a sacrificar a toda su cabaña por el brote de fiebre porcina que asoló a la gran mayoría de explotaciones del país. En ese contexto, el Ejecutivo chino tuvo que activar un plan de emergencia para buscar alternativas en terceros países, de la que se vio beneficiada España, que alcanzó su máximo histórico en 2020 con unas ventas de 3.117 millones de euros, según datos del Ministerio de Agricultura. En ese año, el 75% de todas las exportaciones extracomunitarias del porcino español tuvieron como destino Pekín.
Pero China se recuperó de la epidemia con rapidez y en consecuencia, las ventas empezaron a caer al año siguiente. En 2021 el volumen de exportaciones nacionales se redujo un 11% interanual. En los tres años siguientes, el encarecimiento del cereal europeo, que supone el 70% del coste de alimentar a un cerdo, por la invasión de Rusia en Ucrania, el principal proveedor español, y la propagación de una enfermedad mortal (síndrome respiratorio porcino) que mató a una parte relevante de la cabaña en España, disparó el precio del cerdo, por lo que los importadores chinos se decantaron de forma masiva por los productos estadounidenses y brasileños, mucho más baratos. El paulatino descenso en la demanda ocasionó que en 2024 se registrara la peor cifra en seis años, con poco más de 500.000 toneladas vendidas, el equivalente a 1.066 millones de euros. A pesar de la caída tanto en volumen como en valor, China sigue siendo uno de los principales mercados de destino para la industria porcina y acapara más del 20% de la cuota total en este mercado.
Los malos augurios sobre el futuro de las exportaciones a China han cambiado drásticamente con la guerra comercial. En el encuentro del pasado jueves entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo chino, Xi Jinping, se firmó un protocolo para la exportación de estómagos de cerdo desde España a China. “Hay que estar atentos a las oportunidades que surjan en este futuro cambiante. El protocolo de exportación firmado el jueves es otra señal de que China quiere abrir su mercado a nuevos proveedores”, asegura Guiseppe Aloisio, director general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice). Las compras de China a España están centradas en la actualidad en subproductos del cerdo, fundamentalmente casquería (sangre, manitas, órganos internos o tripas) y en huesos carnosos. “Uno de los productos gourmet más demandado es el pene del cerdo”, señala. En su opinión, el hueco que va a dejar EE UU como uno de los mayores exportadores carne de cerdo a China lo va a cubrir parcialmente Brasil, pero no va a ser suficiente. “Es ahí donde se podría abrir esa ventana de oportunidad al porcino español, que supone casi el 47% de las exportaciones europeas a China”.
El protocolo firmado la semana pasada permitirá ampliar la lista de productos provenientes del cerdo que están autorizados para exportarse. El acuerdo será válido por cinco años y se renovará automáticamente por períodos iguales y consecutivos. Desde el Ministerio de Agricultura insisten en que el siguiente paso es emitir el certificado de exportación, que es el documento que acredita que los alimentos cumplen con los requisitos del país destino ―en este caso China―. Está previsto que se materialice en los próximos meses, por lo que los productores podrían ver un aumento en la demanda este mismo año. De hecho, está previsto que las autoridades chinas visiten España en las siguientes semanas para avanzar en los certificados.
El acuerdo tendrá un impacto significativo en las comunidades autónomas con mayor peso en la producción de carne de cerdo, configurando un mapa económico que favorece al noreste y centro del país. Cataluña, que lidera el sector con más del 40% de la producción nacional, sería la gran beneficiada. Aragón, que ha experimentado un crecimiento en los últimos años y ya alcanza el 20%, se perfila como el segundo gran actor de este impulso exportador. En tercer lugar estaría Castilla y León, que pese a haber perdido peso en la industria, sigue copando alrededor del 12% de la concentración de ganado. El grupo se completa con Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía. Estas seis comunidades concentran el 94% de la producción nacional.
Pese a la renovada alianza entre España y China para impulsar la relación comercial, Aloisio apunta que aún existe un elemento que puede enturbiar ese clima de euforia. “China interpuso una demanda ante la Organización Mundial del Comercio por posible dumping del cerdo europeo, argumentando que se estaba vendiendo por debajo del coste de producción y que en paralelo estaba recibiendo ayudas de estado”. La investigación arrancó en septiembre de 2024 en tres países (España, Holanda y Dinamarca), de los que se escogió una empresa por cada país para realizar un análisis histórico de los precios de exportación y las supuestas ayudas que había recibido. “En los seis meses que han transcurrido desde que arrancó el procedimiento, China no ha impuesto ningún arancel”. El director general de Anice cree que la denuncia no tiene fundamento y que fue la respuesta de China a la imposición de aranceles desde Bruselas a los coches eléctricos fabricados en China para frenar su aterrizaje masivo. “No tiene sentido que nos acusen de vender por debajo de precio de mercado cuando precisamente fueron los precios altos los que nos sacaron del mercado frente a Brasil y EE UU”.
La investigación, sin embargo, parece haber pasado a un segundo plano para ambos países a la luz de la guerra arancelaria desplegada por Trump. Así lo ha dejado entrever este lunes el ministro de Agricultura, Luis Planas, durante una reunión con las organizaciones agrarias en la que insistió en que “las investigaciones antidumping se enmarcan en un nuevo contexto bajo el cual, consideramos que la adopción de cualquier medida no sería positiva para ninguna de las partes. Así lo hemos trasladado a las autoridades chinas y ellas han tomado buena nota de ello”. Según ha detallado el ministro, ha sido el propio Ejecutivo, Pedro Sánchez, el que le trasladó esta preocupación a su homónimo chino, Xi Jinping, durante el encuentro producido la semana pasada en Pekín.