El guion de una serie podría construirse en torno al Crimen de La Puebla si no fuera porque guarda parecido con otros asesinatos llevados a la pantalla. Una ex novia conflictiva con una nueva pareja con múltiples adicciones, discusiones, amenazas, peleas y una muerte agónica y cruel relatada con detalle en dos juicios. Juan Manuel Rodríguez fue quemado vivo la madrugada del 23 de agosto de 2021 en el asiento trasero de su Hyunday Tucsson en un solar de La Puebla, una pedanía de Cartagena a medio camino hacia Torrepacheco. Antes había sido golpeado con una llave inglesa en la cabeza y atropellado. Su cuerpo fue devorado por el fuego y sus huesos se desmoronaron cuando la policía científica trató de extraerlos del vehículo.
Pocas horas después eran detenidos su ex pareja, Natalia, de 18 años, y su nuevo novio, Agustín. Ambos fueron acusados como autores del asesinato, juzgados y condenados a 20 años de prisión en 2023, pero el proceso fue anulado por irregularidades en el veredicto del jurado popular. Ahora, culminado el segundo proceso en el que se constata su crueldad y la voluntad de acusarse mutuamente, esperan el nuevo veredicto.
La historia que desembocó en el asesinato comenzó un año antes. Juan Manuel, a quien todos llamaban Juanmi, tenía 31 años, estaba divorciado y tenía una hija cuando conoció a Natalia e inició una relación que no tardó en comenzar a ser tortuosa, tanto que acabó con una infidelidad un año antes de aquella noche de agosto. Según la versión de los familiares de Juanmi, la ruptura hizo aparecer las amenazas. Primero sólo Natalia, después también su nueva pareja, Agustín, un chico con un discapacidad mental leve, adicto a la heroína, la cocaína y la marihuana, según él mismo reconoció.
«Le decían: vamos a quemar la casa contigo y con tu madre dentro, te vamos a quemar el coche», relató un familiar del asesinado durante el juicio. Nadie podía pensar que lo cumplirían. Todos lo atribuían a los celos, porque Natalia y Juanmi seguían hablando. Ella jugaba a dos bandas. No había perdido el contacto con su ex. Quedaban, hablaban, discutían y hasta de cruzaban amenazas. «Le dije que lo iba a matar y a quemar, que lo iba a quemar a él y a su hija. Y él me dijo que me fuera para La Puebla, que me esperaba con una escopeta», aseguró la acusada en su declaración.
Esos acercamientos a Juanmi hacían que su relación con Agustín no fuese idílica. 53 días antes del asesinato le denunció por violencia de género por escribirle a través de una red social: «Cuando lo vea solo, lo mato; me vas a buscar la ruina y te vas a arrepentir», «me dan ganas de matarte por no estar conmigo, voy a ponerte una bomba en el coche». Por estas amenazas, Agustín fue condenado por el Juzgado de San Javier a 40 días de trabajos comunitarios y a dos años de alejamiento a más de 300 metros que no cumplió. Por el quebrantamiento de esa orden, el 19 de agosto un juez le había impuesto una pena de cuatro meses de prisión.
Tres días después, la tarde del 22 de agosto, Natalia y Agustín estuvieron juntos en casa de la madre de ella hasta que, en un momento dado, él relató ante el tribunal que fue a buscar droga –«consumía mucho», reconoció- mientras su novia acudió a casa de su ex. El entorno de Juanmi ya sabía que le estaba presionando para que volvieran a estar juntos. Se plantó en la casa que el fallecido compartía con su madre y le pidió que saliera para hablar, a lo que después de las presiones, accedió, pero cogerían el coche para evitar que la discusión se convirtiera en un escándalo. En ese momento, Natalia comunicó la ubicación a Agustín.
Cuando los tres se encontraron en el paraje rural de Los Maínes, se desencadenó una tragedia que acabó con Juanmi calcinado y dos versiones de lo que sucedió. Agustín culpa a Natalia y Natalia a Agustín. En lo único que están de acuerdo es que no fue una muerte preparada, premeditada y con alevosía, lo que les ayudaría a esquivar el delito de asesinato, si el jurado les cree, algo que no ocurrió en el primer juicio.
Dos versiones
Agustín declaró primero en este segundo proceso, con asistencia por su discapacidad y reconociendo que era adicto y había «consumido mucho» aquella noche cuando acudió a buscar a Natalia y Juanmi. «Empezamos a discutir y le golpeé con una llave inglesa pequeña que llevaba para ajustar la rueda de mi bicicleta. Comenzó a sangrar y decidimos llevarlo al hospital», relató. Conducía Natalia, con Juanmi en el asiento del copiloto y Agustín en el trasero. Se desató entonces otra discusión, Natalia debuto el coche y ambos hombres bajaron para enzarzarse en una pelea que, según la versión del acusado, acabó cuando recibió un golpe en la nuca que lo dejó «grogui». Eran las tres de la madrugada y, en ese momento, Juanmi aprovechó para llamar a su hermana. «Me están dando una paliza, me van a matar», relató ella en el juicio antes de oír golpes y perder la comunicación.
El joven avanzaba herido por el camino «y lo atropellamos», sentenció Agustín. Ese plural lo puntualizó después al reconocer que al volante estaba la mujer. El atropello, según explicó la forense que practicó la autopsia en la vista oral, le provocó a Juanmi una fractura en una vértebra dorsal que pudo dejarle inconsciente e incapacitado para moverse.
Agustín añadió que quisieron socorrerle y llevarlo a un hospital, pero se perdieron por los caminos rurales con el coche dañado. «No pasaba de la tercera marcha, y no podíamos salir de allí», explicó. Como creyeron que Juanmi, inconsciente, estaba muerto, decidieron borrar su rastro quemando el coche con el cuerpo dentro. La Fiscalía defiende que lo hicieron para encubrir el asesinato que planearon. Ahora bien, Agustín culpó a Natalia de haber encendido el fuego.
¿Fue Natalia quien prendió la llama a sangre fría? Ella cuenta otra versión. Agustín los encontró en Los Maínes y, muy alterado, comenzó a pelear con Juan Manuel. «Estaba muy cabreado y empezaron a discutir y a pelearse. Intenté separarlos, pero no pude», aclaró. Confirmó que su ex tenía una herida en la cabeza que sangraba mucho y lo intentó llevar al hospital. «Ellos seguían pegándose en el coche, gritándome para que girara a un lado o al otro. Yo no sabía qué hacer, estaba superada», por eso, perdió el control y atropelló a Juanmi, que había salido del vehículo. «Fue un accidente», aseguró. Del incendio se desentiende: «Yo no lo hice, no estuve allí, no tengo nada que ver con eso. Agustín me dijo después que no había podido prender fuego al coche como había planeado», dijo cargando la responsabilidad en quien era su novio.
Vivo entre las llamas
La autopsia reveló el sufrimiento extremo que pudo padecer Juan Manuel. Su cadáver apareció calcinado en el asiento de atrás del vehículo de donde, probablemente por la lesión en la espalda, no pudo escapar. «Respiró en mitad del fuego. Era una persona viva expuesta a las llamas», confirmó la forense en la vista.
La Fiscalía sigue manteniendo que ambos cometieron «de manera conjunta y concertada» los delitos de asesinato, detención ilegal y daños y pide para Agustín 35 años de prisión y 34 para Natalia. A 20 les condenó la Audiencia Provincial de Murcia en noviembre de 2023, juicio que el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia anuló por errores e irregularidades en el objeto del veredicto. El jurado vuelve a tener ahora la palabra.