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«El gasto militar de España es muy bajo» y «es hora de invertir»: Bruselas, Trump y la OTAN presionan a Sánchez para que destine más dinero a Defensa

Actualizado Jueves,
23
enero
2025

01:03

La presión sobre España para que invierta más en Defensa no para de crecer. Primero fue la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ante la perspectiva de que Donald Trump llegase a la Casa Blanca y exigiese a los miembros de la Alianza un mayor desembolso en este ámbito, ya comenzó a señalar a finales del pasado año que el objetivo establecido de gastar un 2% del Producto Interior Bruto (PIB) era un dato muy escaso. «Serán necesarios sacrificios», adelantó el secretario general de la Alianza.

Después, el propio Trump y desde el despacho oval, señaló que el gasto militar español «es muy bajo». Fue el pasado lunes, justo después de su toma de posesión y cuando también dijo, irónicamente o por error, según a quién se le pregunte, que España forma parte de los países BRICS. De las naciones emergentes.

Y ayer, la propia jefa de la diplomacia europea fue muy clara. Probablemente, mucho más de lo que se había sido hasta ahora en Bruselas. «El presidente Trump tiene razón al decir que no gastamos lo suficiente. Es hora de invertir. El mensaje de la Unión Europea a Estados Unidos es muy claro: debemos hacer más por nuestra propia defensa, y cargar una parte justa de la responsabilidad por la seguridad de Europa», aseguró la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad durante su intervención en la conferencia anual de la Agencia Europea de Defensa. Esto es, no sólo fue muy importante el mensaje sino el foro que eligió para lanzarlo.

A todo ello hay que sumar que muchos de los países del Este, con Polonia a la cabeza, están en cifras del 3% e incluso 4% de sus respectivos PIB, mientras que Francia o Alemania superan el 2%, según los últimos datos de la OTAN. E Italia ya ha anunciado que en 2025 destinará a Defensa fondos que están asignados a transición verde, cultura o infraestructuras y que, además, realizará una fuerte inversión en tecnología bélica.

Esto es, que España cada vez recibe más presiones y está cada vez más sola ante el giro que Europa y el conjunto de Occidente está dando. El gasto en Defensa es una prioridad, pero el Gobierno, que ahora mismo apenas destina un 1,29% del PIB a esta partida y está a la cola de la OTAN, se niega a moverse del compromiso adquirido de llegar al 2% de gasto en 2029. «Déjeme también decir que durante los últimos 10 años hemos aumentado un 70% nuestra inversión de la defensa total», apuntó sobre esta cuestión el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista que concedió a la CNBC en Davos, en la que también reivindicó la importancia de no centrarse sólo en el gasto en relación al PIB sino también en las misiones y capacidades. Ahí, la actividad de España es «muy superior a la media en OTAN», añadió, incidiendo en un argumento habitual del Ejecutivo.

Pero la realidad es que ya no sólo Trump, sino también Bruselas y la Alianza son muy claros al utilizar la variable de inversión sobre PIB. Y ese 2% que señala Sánchez no es que vaya a estar obsoleto en 2029 sino que ya lo empieza a estar en 2025. El próximo objetivo, una vez rebajadas las exigencias iniciales de Trump del 5%, estará al menos en el 3% y sólo para alcanzar esa cifra la inversión de España tendría que aumentar en 25.000 millones de euros anuales. Para contextualizar lo abultado de ese dato, basta con apuntar que es el equivalente a lo que el Estado se gastó en las pensiones en noviembre, cuando tuvo que abonar la paga mensual y la extra de Navidad.

Una cifra que se antoja imposible, y más teniendo un Gobierno en el que una parte no quiere aplicar ningún incremento de inversión y que, además, tiene enormes dificultades para sacar adelante unos nuevos Presupuestos Generales del Estado. Porque se pueden hacer retoques en unas cuentas prorrogadas y en un contexto de incremento de ingresos, sí, pero lo que se le pide a España es un cambio profundo en sus políticas de gasto.

Y a ello hay que sumar que la sociedad española no está concienciada de la necesidad de aumentar el gasto en Defensa. La guerra en Ucrania y la amenaza de Rusia quedan muy lejos, y tampoco existe el temor que sí hay en el centro y este de Europa ante un posible gran conflicto internacional. Pero el hecho de pertenecer a la OTAN exige unos compromisos de gasto, y España además sí tiene muy cerca una potencial amenaza: Marruecos.