Para los simpatizantes de Vox, el principal problema que afronta España no es la crisis de vivienda. A su juicio, según el último barómetro del CIS, son otras las cuestiones que se sitúan en el podio: la inmigración, el Gobierno y los partidos políticos y la crisis económica. Tres causas que el partido con sede en la calle Bambú quiere situar en el centro de su discurso de cara al nuevo año.
La primera, la llegada de personas irregulares, es el argumento que Vox utiliza en su negociación con el PP, condicionando la aprobación de los presupuestos autonómicos a que los populares se nieguen a acoger menores no acompañados. La segunda, la preocupación por la situación gubernamental y de los partidos, sustenta las críticas de los de Santiago Abascal a La Moncloa, ya sea por los casos de corrupción que envuelven al entorno del presidente o por la debilidad parlamentaria que afronta en esta legislatura. Y, así, llega el turno de la tercera, los problemas de índole económica, una cuestión que Vox parece dispuesto a exprimir este año.
Con Abascal en la toma de posesión de Donald Trump, se ha referido el portavoz del partido, José Antonio Fúster, a que su intención es «hacer España grande de nuevo». Y, para ello, ha criticado una a una las decisiones más recientes del Ejecutivo en materia económica, denunciando que estas acarrean una «pérdida de poder adquisitivo» y un «despilfarro».
«Las pensiones y salarios no han hecho más que reducirse desde que [Pedro] Sánchez está en el poder», ha juzgado Fúster, para a continuación adelantar que Vox votará en contra de la reforma de las pensiones que el Gobierno pactó con sindicatos y patronal y que llegará este miércoles al Pleno del Congreso. El decreto ley, que recoge medidas como incentivos para demorar la edad de jubilación -haciéndolos compatibles con la jubilación activa-, previsiblemente saldrá adelante con el apoyo del PP. «No se vota a favor de subir las pensiones, sino de una coartada para que el gobierno pueda permanecer un rato más en La Moncloa», ha criticado el portavoz de Vox, calificando la reforma propuesta de «estafa».
En la sesión extraordinaria convocada en la Cámara Baja este miércoles se someterán a debate tres decretos sobre cuestiones económicas. El primero de ellos, por el que se adoptan «medidas urgentes en materia económica, tributaria, de transporte, y de Seguridad Social», incluye también la prórroga de las ayudas al transporte y contará con la oposición de Vox. Fúster ha justificado su no en que en el texto figura también el traspaso de la sede parisina del Instituto Cervantes al PNV y la concesión de una subvención al Gobierno de Ceuta, «por razones de interés humanitario», de 4.500.000 euros para atender a menores migrantes.
El portavoz del partido ha cargado contra las «subidas de impuestos» del Ejecutivo -criticando que los alimentos básicos vuelvan a tener IVA-, contra «el tasazo» de basuras municipales y contra la subida del IVA de la luz al 21%. Asimismo, Fúster ha denunciado la «turismofobia» del Gobierno, solo unos días después de que Sánchez anunciara su plan para que los pisos turísticos pasen a tributar como una actividad económica, aunque a la vez ha señalado que el mercado de vivienda está «destruido» y que los jóvenes tienen muchas dificultades para acceder a una casa.
Así, en una intervención protagonizada por las cuestiones económicas, y por primera vez en mucho tiempo sin referencias a los casos de corrupción del entorno de Sánchez, el portavoz de Vox ha hecho constar que la hoja de ruta del partido para este 2025 pasa por dar solución a los problemas de índole económica que refieren sus votantes.
