Este 2025 se cumplen 600 años de la entrada de las gitanas y los gitanos a esta bella tierra que llamamos España. El punto de partida (aunque probablemente fue antes) fue la llegada del séquito del Conde Juan de Egipto a la corte de Alfonso el Magnánimo de Aragón, lo cual, por los textos de la época, significó un precioso acontecimiento. Imaginen: gentes con arte y libertador estandarte y no con armas y ansia de dominación, llegan llenas de luz a la corte como un ejército de dioses buenos. Pero lo que pasó luego ya lo sabemos: que la rabia y envidia que provocaban aquellos espíritus libres en una sociedad antidemocrática y estamental pues solo acarreó sufrimiento e intolerancia. Pero no me voy a parar ahí. Seguro que lo harán otros. Yo hoy solo quiero llamar la atención en la enorme aportación del pueblo gitano, no solo al folclore y música sino a la literatura. Pero no a la literatura como tema de inspiración, que es lo que se ha vendido siempre. No. Quiero llamar la atención en la aportación de letras a la historiografía popular con una profundidad y depuración a la que no pudieron llegar -aunque lo intentaron con mayor o menor fortuna- nuestros más admirados autores como Machado o Lorca. El arte flamenco, que tan dichoso hace a este país y tanta economía le ha proporcionado, está plagado de lo que digo. Ya he dicho que grandes poetas casi consiguen igualar en hermosura a los poetas gitanos, pero en mi opinión no lo consiguieron. Porque no duden de que las poesías más bellas son las que dicen más cosas en menos letras. Os dejo unas cuantas estrofas gitanas que ya forman parte de nuestra memoria como pueblo: el látigo ya no vale, la mula se ha puesto mala, nos vamos a morir de hambre. A voces llamo a mi mare, y como no me responde, llamo a la virgen del Carmen. No tengo más remedio que agachar mi cabecita y decir que lo blanco es negro… Sin duda son letras trágicas que hablan sobre todo de intolerancia, o dicho en terminología gitana, ¡de fatiguitas! (ducas en caló) Pero, por muy tristes que sean ¡qué literatura más sublime significan! Ea, pues ya lo saben: no hay poetas más certeros que los gitanos. ¡Va por ellas y ellos y su año 2025!
*Abogado
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